9/30/2009

Destino: Aragonia.


ºHoy es martes y eso quiere decir que es el día en el que nos reunimos "las chicas del club del martes".
Para hoy habíamos planeado algo distinto. Otra excursión antes de que el invierno entre en nuestras vidas y para ello, quedamos un poco antes que de costumbre.
He sido la primera en bajar a la calle y una a una les he ido llamando para que hicieran lo mismo, pero por diferentes motivos, dos han faltado a la cita.
Las cuatro que quedábamos, las cuatro magníficas, íbamos alegres y con ganas de empezar la aventura. Estoo ¿he dicho todas?. Camino del autobús M.P ha comenzado a preguntarnos que por qué teníamos que salir del barrio, por qué coger el autobús...Ya sabes, las típicas dudas de cuando vas a hacer algo nuevo, pero le hemos convencido enseguida cuando le hemos dicho que dejara volar su imaginación, que abriera su mente a lo desconocido, que disfrutara de cada momento que íbamos a vivir, que de vez en cuando hay que vivir al límite, que íbamos a ser como Thelma y Louise...bueno, quizá he exagerado un poco porque tan solo íbamos a ir a otro barrio a conocer el nuevo centro comercial Aragonia que han inagurado hace un par de semanas, y de paso tomar algo por ahí.
En los alrededores del centro comercial hay un parque bastante grande y frondoso al menos en esta época del año y nos hemos hecho algunas fotos allí.
En el interior del edificio comercial, 16 cines y de momento, tan solo 5 ó 6 tiendas abiertas, de las cuales, tres son de telefonía. Caminando por sus pasillos, apenas nos encontramos con público. Eso sí, una guardia de seguridad se acerca a mi amiga para decirle que no estaba permitido hacer fotos. ¿Fotos a qué, si está todo cerrado? ¡En fín! Espero que cuando pase todo esto de la crisis el local se llene de gente y de tiendas abiertas.
Después de conocer Aragonia y ya en la calle, hemos encontrado una cafetería con terraza y como hacía una temperatura buenísima, nos hemos sentado en el exterior a tomarnos un bitter cada una y hablar de la salida. De la salida que habíamos hecho las cuatro, quiero decir.
Solo nos quedaba volver a coger el autobús, regresar a nuestro barrio y seguir con nuestras vidas. Y ha sido entonces, cuando M.P ha sentenciado: ¡"Hay que joderse, venir hasta aquí a tomarnos unos bitters"!
¡Cuanta filosofía y razón, en una sola frase!

Más fotos aquí.

9/27/2009

Robinson Crusoe.


¿Sabeis dónde Cristo perdió la zapatilla?. Pués yo sí y además he estado allí. Oye, que no sabía que había vida más allá de Las Fuentes...y ya lo creo que la hay, rara, pero la hay.
Había sido invitada -una, que es importante- a un pase privado de una obra de teatro que al día siguiente iniciaba su periplo por Inglaterra. Y llegar al local dónde se iba a llevar a cabo la representación era tán complicado, que tuve que pedir instrucciones.Incluso alguna amiga, que había vivido por allí, me hizo un precioso dibujo de cómo llegar y para que lo entendiera mejor, incluso me dibujó el entorno: Un bar, un aparcamiento con sus coches y todo, un puente sobre unas vías de tren, etc.
Gracias a toda esa ayuda y a que Luis, que conocía el lugar, me ha llevado con el coche, he llegado puntual a las 7 de la tarde. Allí estaban los actores (2)y el director, encargado de luces, sonidos y efectos especiales, esperando que llegara el público. Y esperamos, esperamos y esperamos... y llegaron dos más. En total, tres. Ya he dicho que era un pase privado ¿no?
El público, poco pero selecto, esperábamos pasárnoslo bién y la verdad es que no tuvimos que hacer ningún esfuerzo para que así fuera.
La obra se titulaba "Robinson Crusoe". Vale, ya sé que es conocida, pero esta versión es... diferente,un poco surrealista, con diálogos actuales y sobretodo, divertida.
He estado viendo la obra, sin poder separar mi faceta de amiga, de la de simplemente espectadora. Pero ha sido genial.
Llego al local, allí saludo y hablo con los actores y el director, espero que lleguen los otros dos espectadores y...empieza la obra.
Todo se desarrolla bién, en el escenario y fuera de él. Somos pocos pero siento que hay complicidad entre actores y público. Como he dicho, todo va bién hasta que en un momento dado, se va la luz. Los actores, que tienen muchas tablas, incluyen este pequeño contratiempo en la trama de la obra con la expresión:¡Oh! Un eclipse!. Lo que provoca la risa del público allí presente, es decir, de nosotros tres. Mientras el director intentaba arreglar el problema, sobre el escenario la obra continuaba como si no hubiera pasado nada.
En el exterior, se iba haciendo de noche y en el interior, sín luz, cada vez iba siendo más difícil averiguar qué pasaba en el escenario, pero los tres espectadores seguíamos con atención la obra ¡Público entregado! y entonces...volvió la luz y los efectos especiales volvieron a funcionar.
Termina la obra y los otros dos espectadores se despiden contentos por el rato divertido que han pasado. Yo me quedo porque estoy muy a gusto allí y les ayudo a recoger el escenario y a meter todo en la furgoneta que mañana les llevará a Inglaterra.
Me subo a la furgoneta y me dejan en la puerta de casa. Allí me despido de ellos deseándoles mucho éxito con su obra.
Me lo he pasado genial porque no siempre una va al teatro y vive la relación con los actores, como la he vivido yo.

Algunas fotos más, las encontrarás aquí.

9/20/2009

Papirofléxia.





PAPIROFLÉXIA: Plegado de papel para obtener figuras diversas.

Eso es lo que dice mi enciclopedia, pero después de ver la exposición del Museo de Historia de Zaragoza sobre papirofléxia, tengo que añadir algunos adjetivos como: Arte, belleza, plasticidad, imaginación, constancia, paciencia...
No voy a hacer la crítica de la exposición, no soy quién para hacerla, pero esta mañana he estado paseando entre esas piezas de papel y he salido con las pilas cargadas.
A mí de pequeña me enseñaron a hacer papeletas, no de votación, claro, sino papeletas en forma de cucurucho. Y enseguida aprendí a hacerlas para que mi madre me echara pipas dentro. También me enseñaron a hacer sombreros y barcos pero eso, lo he olvidado. No tenía muy claro para qué me iban a servir.
Debido al estado de actividad en el que diariamente vivo, que incluso estar sentada leyendo el periódico y no digamos un libro, me hace sentir mal porque creo que debería estar haciendo otras cosas, me sorprende ver la paciencia que tienen algunas personas para pasar horas y días, quizá meses, creando el maravilloso y complicado mundo de las figuras de papel.
Admiro cómo se toman la vida.

Y para que veais el resultado de tanta paciencia, presiona aquí.

Teresa Salcedo.



Viene de Huesca y no lo ha hecho sola. Ha traído sus obras para que disfrutemos viéndolas. Y para ello, las ha colgado en la sala "Aragonesa del Arte" a donde han acudido gran parte de sus amigos y eso que la tarde no acompañaba nada. Porque no tenía castañas en casa, que si no, las hubiera asado, me hubiera sentado en el sofá y me hubiera puesto a estudiar el guión de la obra, o a escribir a mi amigo japonés o simplemente a ver llover a través de los cristales.
¿He dicho llover? ¡Ja! Diluviar, sería la palabra que mejor definiría lo que estaba cayendo. No entendía nada, porque hace poco más de una semana, estaba bañándome en una piscina y ahora me encontraba en casa, con el armario abierto sin saber qué ponerme y entristeciéndome cada vez que cogía ropa otoñal. ¡Jo! Si es que el invierno es tan laaargo...
El tiempo se me echaba encima y me he decidido por pantalones largos, camisa vaporosa, chaquetita fina y chaqueta marrón (especial para días de lluvia).
Por supuesto, las sandalias, descartadas y sin olvidar el objeto más importante en un día como ese: el paragüas. Para equilibrar el look otoñal, el paragüas lo he cogido floreado y con colores alegres (tanto, que casi parecía una sombrilla)
Hemos cogido un taxi. De puerta a puerta, oye. Pero debido al caos circulatorio, hemos tenido que pagar 12 euros. Parece poco, pero es que la distancia no es mucha.
Al bajar del taxi nos hemos encontrado con un montón de gente en la puerta de la galería y por un momento he pensado que ya había terminado la inaguración. Pero no, lo que ocurría era que
habían salido a fumar y esa escena de tanta gente fumando en el exterior me ha traído a la memoria la misma escena tanta veces vista...en Nueva York.
En el interior también había mucha gente y no faltó el champán para todo el mundo, aunque yo con el frío que tenía, hubiera preferido un café caliente.
No bebí champán, estaba trabajando, estaba haciendo fotos y al igual que la policía, yo, estando de servicio, no bebo.

Como siempre, pincha aquí y verás las fotos.

9/13/2009

Los nuevos vecinos.



Voy a tener vecinos nuevos. No sé cuándo vendrán, ni cuándo los conoceré. Lo único que sé es que llegarán precedidos de unas obras que se están realizando en el piso que han comprado.
Dicho piso, está junto al mío y desde hace unos diez días, me despiertan a las 8 de la mañana (8:10, para ser más exactos) a martillazo limpio.
Creo que al menos están usando dos tipos o tamaños diferentes de martillos ya que desde mi cama, he llegado a distinguir dos sonidos diferentes. Me he convertido en toda una experta.
Es que desde que empezaron ni uso el despertador, y es una pena porque es precioso oye. Es un modelo que proyecta la hora en el techo. ¡Si, lo que oyes! Digo...¡lo que lees! No tengo ni que girar la cabeza hacia la mesilla, tan solo abro un ojo, miro al techo de mi habitación y aún estando a oscuras veo: 2:45 'o 7:30. Bueno, la verdad es que esas horas nunca las he visto porque por suerte duermo toda la noche de un tirón y la hora que suelo ver es 8:30...
Hasta que hace diez días los malditos operarios entraron en ese piso arrasando todo lo que se les ponía por delante con la ayuda, no solo de los dichosos martillos, sino también la de unas herramientas que en mi casa cuando era pequeña (yo) la llamábamos bilabarquín (en aragonés) y que en español es berbiquí. Artillería pesada oye. Pero que debía ser necesaria porque... ¡menuda escabechina han hecho en ese piso!
Lo sé porque ayer, cuando me iba a comprar al Carrefour con mi carrito, me percaté de que los del piso nuevo tenían la puerta un poco abierta -es que nos cojen la luz de la escalera, que esa es otra- y por la rendija de la puerta vi que en la otrora cocina, no quedaba nada, ni mobiliario ni baldosas y así, como quien no quiere la cosa han ido destruyendo el piso, habitación por habitación, incluyendo las puertas y sus marcos. Parecía que estaba viendo un documental de la guerra de los Valcanes.
En este proceso de destrucción, están jugando un papel muy importante los operarios, los que manejan las herramientas.
Desde mi casa los puedo oir hablar, aunque nunca los había visto. Apenas unas sombras que a veces pasaban cerca de la ventana, pero esta mañana he tenido una visión. Esta vez he sido yo la que al pasar por delante de la ventana de un dormitorio, he mirado hacia el piso en obras sorprendida por el silencio momentáneo de los martillos y en la galería de dicho piso, he visto a uno de los operarios. Era un joven de treinta y tantos, musculado y en camiseta de tirantes, que estaba fumando en el exterior y me ha venido a la memoria un anuncio de tv en el que se podía ver a un joven con camiseta de tirantes que llegaba a una oficina donde solo trabajaban chicas y que dejaban de hacerlo para, embobadas, mirarle a él pasar por delante, sudoroso y sexy, llevando una caja de un conocido refresco. Bueno, pues esa ha sido también mi actitud, que una no es de piedra.
Teniendo en cuenta el ritmo que llevan en la destrucción y que incluye los domingos, supongo que a partir de la próxima semana comenzarán la reconstrucción del piso y viendo los nuevos materiales que van a colocar y que ya se encuentran expuestos en el patio del edificio, parece que vaya a ser una pequeña réplica del palacio de la Zarzuela.
Cuando todo finalice, tocará esperar a que lleguen los nuevos inquilinos y esa es otra, porque estoy dudando si presentarme ante ellos con una tarta preparada por mí misma para darles la biénvenida como hacen los americanos o simplemente rezar para que cumplan las normas básicas de convivencia. Mientras tanto, me armaré de grandes dosis de paciencia cartujana para sobrellevar el ruido de la destrucción.
¡Qué remedio!

9/07/2009

...Y como colofón, el mío...




¡Vaya semanita!
A los dos cumpleaños a los que he sido invitada esta semana, tengo que añadir otro más, el mío, que fué el sábado día 5 , al que no fuí invitada, pero del que no pude escaquearme.
Ya hubiera querido yo ya, pero familiares y amigos se encargaron de recordármelo, a través de llamadas telefónicas unos, postales en el buzón otros y Loli que se grabó ella misma cantando el "Cumpleaños feliz", cual Marilyn Monroe cantándole al presidente Kennedy y me lo envió a través de un sms al móvil. Ella es así, le gusta ser diferente.
Mi cumple, al igual que las bodas gitanas, ha durado tres días ¡toma ya!. Y no termina aquí la cosa ya que tengo un par de cabos sueltos por ahí, quiero decir, un par de amigas sueltas con las que lo celebraré el próximo martes (como todo en la vida, siempre hay algún rezagado) y de las que recibiré algún regalo más.
Todo empezó el viernes celebrándolo con mi madre y mi tía (su hermana). Como sé que les (nos) gustan los helados, les invité a una heladería que han abierto este verano en la calle Alfonso y allí sentadas alrededor de una mesa y charlando, estuvimos saboreándolos. El mío de chocolate, por supuesto.
No pudimos estar mucho tiempo allí porque mi madre, que parece que le pinchen los asientos y enseguida se quiere ir de donde esté, excepto de su casa, en cuanto vió que nos los habíamos terminado, dió por finalizada la celebración diciéndo: ¡Hala, qué! ¿Qué hacemos aquí? -"Disfrutar mamá, que para eso están las mesitas, para ...". Enseguida me cortó con la frase: "¡Tira, tira!" ...Y nos tuvimos que ir. Aún así, le dió tiempo de darme un regalo. Un objeto para dejar el móvil sobre la mesita del salón. Que dice que si me lo dejo en el bolso cuando estoy en casa, no lo oigo. Y tiene razón.
Después de acompañarle hasta su casa, me fuí a la mía a prepararme porque por la noche, estaba invitada a celebrar el cumple de Maite. Allí me lo pasé genial como podeis leer en la entrada anterior y cuando pasaba un minuto de las doce de la noche, algunas personas allí presentes ya me felicitaron por el mío. Entonces cogí un taxi y me fuí a dormir con la esperanza de que cuando me levantara el día 5, mi cumple hubiera pasado. ¡Ja,ja y ja! Pero ¡que va! todo estaba por empezar.
Sábado. Normalmente día de limpieza general, zafarrancho de combate. Pero es mi cumple y me niego a pasármelo limpiando, así es que decido hacer algo diferente. No, no fué una improvisación. Ya sabeis que no me gustan, pero he tenido todo un año para planearlo.
Planeé pasar la mañana paseando por el centro y oye, descubrí que los sábados a las 11 de la mañana...todo funciona. Si,si, las calles están llenas de vida y hay gente paseando por ellas, gente en las terrazas de las cafeterías, gente entrando y saliendo de las tiendas...Oye, he visto que hay vida más allá de mi casa.
Tampoco creas que pasé mucho tiempo paseando, era el primer sábado que salía y no quería abusar. A estas novedades hay que acostumbrarse poco a poco, no vaya a coger adicción y luego, cuando el próximo sábado esté limpiando, tenga mono de salir. Así es que, a las 2 de la tarde regresé a comer a casa.
Al llegar, recibí la llamada de una amiga que acababa de volver de las vacaciones y quería que quedásemos para tomar algo y darme el regalo de mi cumple. Sigue la celebración.
A las 6 de la tarde nos reunimos. Nos lo pasamos muy bién y cerca de las 8, Luis y Daniel me recogieron para ir a la Sala Mozar a disfrutar de un Encuentro Internacional de Folcklore, gracias a las entradas que nos habían regalado. Actuaban 5 ó 6 grupos de otros tantos países, pero tras el tercer grupo, hubo un descanso. Descanso que aprovechamos para salir de allí.
Tanto baile y tanta musiquita nos había abierto el apetito. Bueno y también que ya eran las 10 de la noche, así es que nos dirigimos al centro y cenamos muy a gusto y después de tomar un café en otro sitio, nos fuimos a casa.
El día de mi cumple había terminado...pero no las celebraciones.
El domingo, mi familia y yo seguimos con las celebraciones de un cumpleaños, el mío, que ya habían empezado el viernes y nos fuimos a comer a un restaurante que estaba nada menos que cerca de la Universidad. Cruzamos la ciudad de punta a punta. ¡toma viaje!
Al volver a casa, recibí la llamada de un par de amigos para tomar algo (por mi cumple). Que ya me daba miedo hasta coger el teléfono oye, porque cada vez que sonaba era para volver a salir.
Por supuesto salí, dos amigos y doble felicitación, en estéreo. Me lo pasé muy bién y regresé a casa con otro regalo.
El lunes me dió un respiro, pero duró poco ya que el martes la celebración era doble. Mañana y tarde. ¿No quieres taza? Pués taza y media.
Por la mañana desayuno con dos amigas, nuevas felicitaciones y dos nuevos regalos.
Por la noche, la celebración era en casa. Venían a cenar unos primos especiales. Era la pareja protagonista de la "no boda". Pero como nadie mencionó nada de ese tema, seguimos igual.
Para que todo saliera bién me pasé la tarde cocinando, pero mereció la pena porque todo estaba buenísimo (es que no tengo abuela). Cené tanto que tuve que rechazar (no sin gran esfuerzo) mi taza de cereales con bebida de soja chocolateada de todas las noches. Antes de empezar, me hicieron un regalo.
Llegamos hasta hoy 9 del 9 del 2009 ¡Hostia! y por la tarde sigue rondando mi cumpleaños. Esta vez con mis amigas, las chicas del club del martes. Lo hemos celebrado con dulces y coca-colas y por supuesto las pipas que los chinos del bar nos han regalado.
Bueno, el día ya está terminando y espero que este laaaargo cumple, también haya finalizado. Que yo lo que quiero es olvidarme de que acabo de cumplir un año más y llevo 5 días sín podérmelo quitar de la cabeza.
Si me descuido se alarga hasta el próximo.

Mas fotos, aquí.

9/04/2009

Felicidades Maite y que cumplas muchos más





Aquí estoy de nuevo, como corresponsal de la BBC (Bodas, bautizos y cumpleaños) preparada para otra crónica de un nuevo cumpleaños. Y van dos esta semana.
Sobre bodas y cumpleaños ya he escrito en varias ocasiones , pero todavía no lo he hecho sobre bautizos. Merche, ¿Qué tal si me estreno contigo? Ponte a ello, chica. Mientras llega ese momento, hablaré de tu hermana. De Maite, que esta noche es la protagonista.
Estaba en su salsa y ella lo sabía. Y estaba feliz como pez en el agua, recibiéndo a los amigos y los numerosos regalos que estos le llevaron. Entre otros pude ver una blusa, un broche y collares, muchos y muy variados. Era como cuando llegas a Hawai y te cuelgan collares y mas collares alrededor del cuello en señal de amistad. De hecho, recibió tantos que llegó un momento en el que tuvo que empezar a guardar los primeros para poder ponerse los nuevos. Todo por su afán de agradecer a todos su presencia.
Estaba pletórica de felicidad, su sonrisa le delataba y además tampoco quería ocultarla.
La fiesta fué muy numerosa y sobre la barra del bar, platos con comida. La bebida, gratis presentando un vale y por supuesto no faltó el dj y sin embargo amigo Rafa, haciendo bailar a todo el mundo con su estupenda elección de música de los 60's y 70's. Pronto entró en calor. Él y todos los que allí estábamos.
Los amigos,los abrazos, los bailes, la comida, la bebida...Todo eso dejé atrás antes de irme. Pasaban 20 minutos de las doce de la noche, empezaba mi cumpleaños y no quería quitarle protagonismo.

Felicidades Maite y aquí tienes las fotos de tu divertida fiesta.

Feliz cumpleaños, Cristina.





Siendo como soy una persona que me gusta tener bajo control cada momento de mi vida, cualquier imprevisto me produce cierto desasosiego. Por eso, cuando ayer a las cinco de la tarde nos invitaron a una fiesta de cumpleaños para esa misma noche, la primera pregunta que vino a mi mente no fué : "¡Qué bién! ¿Y de quién es el cumple?
No,no, lo que yo pensé fué: "¡Uf!...y yo con estos pelos!" y no me refería al peinado.
Porque cambiar mis planes (nada importantes ese día, por cierto) me producía cierta zozobra. Pero toda esa inquietud desapareció cuando Luis me dió el nombre de la protagonista de la noche, el alma de la fiesta, la persona que siempre está detrás de esa agradable sonrisa. Su nombre es Cristina y lo celebró en un bar. Claro, si tuviéramos 8 años, supongo que lo hubiera celebrado en un Chiquipark, pero es que no es el caso. Aunque he de decir que una de mis fantasías sería meterme en una de esas piscinas llenas de bolas de colores. Sola... o mejor, acompañada.
La barra del bar que Cristina eligió para reunir a sus amigos, casi se queda pequeña para colocar la gran cantidad de bandejas llenas de variada y sabrosa comida, que ella misma...o con ayuda, que no me fío, había preparado.
En el chiquipark de los adultos, recibió Cristina (siempre sonriente) a sus amigos. Y también allí recibió los regalos, alguno de ellos "muy íntimo" y que dijo que iba a estrenar esa misma noche.
Espero que siguiera el consejo que le dieron y estrenara la negligé junto con sus Manolos. Y si por la mañana tiene un desayuno con diamantes...la noche habrá sido completa.
No me quedé hasta el final, tenía que volver a mi rutina pero me dí cuenta de que a veces, los mejores momentos son fruto de un imprevisto. Anoche fué un buen ejemplo de ello.
¡Qué difícil es mantener el tipo! y me refiero al tipo físico. Porque con tantos cumpleaños que celebrar, con tantas cosas buenas que comer, es imposible no caer en la "tentación" y es que hubieran pecado hasta los doce apóstoles de haber estado allí.
Como "castigo", hoy he estado a base de piña y pechuga a la plancha para comer, y piña y pescado, a la plancha, para cenar. ¡Tengo mono de mis cereales chocolateados con leche...!
Me voy a la cama o no podré resistir sín picar algo.
Y lo "malo" es que la cosa no acaba aquí. Para mañana viernes hay preparado otro cumpleaños y el sábado el mío, con comida familiar incluída y de este no puedo "escaquearme". En fín, esto es un sin vivir.
Aquí las fotos

9/03/2009

El tour del helado.





Habíamos quedado a las seis, pero viendo el cielo nublado y que hacía un calor sofocante, se decidió retrasar la salida una hora. Me llamó Loli para decírmelo y pensé: "¡Qué bién! Así aprovecho y me pongo una mascarilla de barro marroquí (sofisticada que es una) en cara y cuello" Que una cosa es la cita semanal en nuestra sede, que es el bar chino, y otra salir al centro. En estas ocasiones pongo en práctica los consejos de mi madre y me cambio de muda.
A las siete en punto y como flores o capullos de mayo, fuimos apareciendo una tras otra.
Saludos, sonrisas...y al autobús.
La verdad es que no sé si llamarlo cobardía, fuerza de voluntad o simplemente, que no queríamos tirar a la basura todo el esfuerzo que tenemos que hacer para no engordar, pero lo que iba a ser una excursión al centro para cenar un bocata de calamares y de postre un helado italiano (que no es lo mismo que un italiano helado) se quedó simplemente en un tour del helado.
Faltaron dos de las miembras (aunque suene mal, yo insisto) del club. Una acompañó a su marido al dentista y la otra celebraba el cumpleaños de su hijo. ¿Cómo pudieron "dejarnos" por esos motivos?
Al final fuimos cuatro. Siempre fuimos las mejores. Cojimos el autobús y llegamos al centro, a los Italianos, que para quién no lo sepa, es una heladería. Llegamos con la idea de sentarnos en una mesita de las que ponen en el Pº de la Independencia. ¡Nos las prometíamos tán felices...! ¡Qué ilusas!
Pensábamos disfrutar analizándo a la gente que pasa por ahí, pero analizándola en plan sociológico ¿eh?, no en plan de alcahueteo. Se aprende mucho del comportamiento humano. Lo que pasó fué que muuuchas otras personas pensaron lo mismo que nosotras y llenaron no solo las mesas, sino que no había ni un solo banco vacío en un km. a la redonda. Solo encontramos un pequeño espacio en uno de ellos para tres de nosotras que aprovechamos para sentarnos y hacernos unas fotos.
No nos quedó más remedio que seguir caminando y decidimos hacer turismo de vuelta a casa. Como si fuéramos de Murcia, Cuenca o Barcelona, quisimos "jugar" a ser turistas en nuestra propia ciudad haciéndonos fotos en los lugares donde ellos se las hacen.
No fué fácil porque M.Jesús que conoce a mucha gente, no hacía nada más que pararse a saludar y le dijimos que así ni se es turista ni nada...
Fotos en la Plaza del Pilar, fotos en la bola del mundo (uf), fotos divertidas delante de la fuente...
Debimos poner caras de turistas porque incluso una joven autóctona, haciéndo gala de la amabilidad zaragozana famosa en el mundo entero, se ofreció a hacernos una foto para que saliéramos todas juntas.
Como se hace camino al andar, cruzamos el Puente de Santiago y aún nos dió tiempo para hacernos otra foto típica con el Pilar de fondo.
Ya en la margen izquierda cogimos el autobús. Al llegar a nuestra calle, mi amiga la luna a la que había fotografiado antes, resaltaba en un cielo que a estas alturas del año, tristemente ya está negro a las nueve de la noche.
Nos despedimos hasta el próximo martes, día de las chicas del club y esta vez en nuestra sede, en el chino. Quizá el próximo verano hagamos más excursiones al centro.

Fotos, aquí.