5/16/2013

¡Chicas...nos vamos al teatro!


Merche, una de las chicas del club del martes nos propuso ir, mediante invitación claro, al Teatro Principal para disfrutar en vivo y en directo de la ceremonia de la entrega de los Premios Simón. Pensando que sería un concurso de vinos con tapas para comer, aceptamos enseguida.
No sé mucho de vinos pero lo suficiente para saber que el tetra brick de Don Simón mucha calidad no tiene, así es que le pregunté a mi amiga si no tendría entradas para los premios Enate o Vega Sicilia. Como eso no iba a ser posible nos conformamos con Simón  y llegado el día, nos vestimos para ese evento. Eso si, cada una mantuvimos nuestro propio estilo en el vestir.
Loli llevaba unos ajustados y elegantes pantalones negros que marcaban su estilizada silueta y una bonita blusa de satén, sin mangas y con dibujo que imitaba la piel de la serpiente.
Sara también eligió llevar pantalones pero estos eran vaqueros y para la parte superior, una camiseta blanca con dibujo en la parte delantera y escote barco que le daba un estilo muy sport. El toque de más vestir lo ponía un elegante abrigo negro.
Merche, a pesar de que suele ser muy colorista en su forma de vestir, ayer eligió un conjunto de pantalones y camiseta en negro y como calzado llevaba unas bailarinas negras con remaches plateados. El punto colorista se lo daba un fular verde que llevaba alrededor del cuello.
En mi caso y después de pasar un cuarto de hora buscando en mi fondo de armario, me decidí por una falda con lentejuelas doradas acompañada de una camiseta de tirantes con reflejos dorados también que le iba muy bien al color de mi piel.
Por último, nuestra amiga M. Jesús, llevaba un estilo divertido y colorista que le quedaba genial. Estaba total, seguro que Almodovar le hubiera dado un papel en una de sus películas.
Como al salir de casa no encontramos ninguna limousine esperándonos en la puerta, optamos por el tranvía, que solo hace un mes que llega a nuestro barrio y hay que amortizarlo.
Como llegábamos con bastante antelación al teatro, decidimos entrar en una tienda de complementos de la calle Don Jaime que había abierto cuatro días antes la hija de unas de las chicas del club. Le dimos la enhorabuena, le deseamos suerte en el negocio y por supuesto todas compramos algo. Imposible salir de allí con las manos vacías.
De vuelta al teatro nos encontramos con bastante gente esperando para entrar, pero descubrimos que nada mas cruzar las puertas, había un "Fotocall". Para los que no tengan ni idea de lo que es, diré que se trata de un panel más o menos grande lleno de pegatinas de diferentes marcas comerciales y delante del cual, se fotografían los famosos que van llegando. Por supuesto en cuanto lo vimos nos dirigimos hacia allí para ser fotografiadas contentas y sonrientes.
Entregamos las entradas y nos dirigimos a nuestros asientos. Nos comunicaron que dichos asientos estaban en la cuarta planta, que por cierto es la última y una vez allí, seguimos subiendo hasta la última fila. Lo que se conoce como "el gallinero", vamos.
Sentadas allá arriba, a algunas de nosotras nos entró un poco de vértigo viendo el escenario tan abajo y a mi un poco de claustofobia también porque el teatro estaba completamente lleno, los asientos eran muy pequeños y estaban muy pegados entre si.
Empezó la ceremonia y ya sabéis lo que son estas galas...presentaciones, gente recibiendo premios, discursos de agradecimientos y proyecciones de los vídeos que optaban a los premios en las diferentes categorías.
Voy a hablar de los vídeos, proyectarse se proyectaban pero los que habíamos sido enviados al gallinero estábamos tan altos, que el telón que hay en la parte superior del escenario solo nos permitía ver unos 20 centímetros de la parte baja de las proyecciones y para más inri, en dicha parte inferior ponía en letras grandes "Premios Simón"  así es que no nos enteramos de nada más. La parte buena de todo esto fue que de vez en cuando, entre premiado y premiado había actuaciones, algunas musicales y otras teatrales. Una de estas corrió a cargo del grupo de teatro "Cómicos Suicidas". Un grupo de cómicos que hizo reír con ganas a todo el teatro con una divertida parodia de la película "Mar Adentro". Cuando terminó la actuación de este grupo,  se pudo escuchar un grito de ¡¡¡¡¡Guapaaaaaaaa!!!!! que me dejó sin respiración.
Semejante piropo salió de la boca de la persona que tenía sentada a mi izquierda y no podía ser otra que Loli y lo hizo porque aunque la actriz de ese grupo es guapa de verdad, la verdadera razón es que es su sobrina y la sangre tira mucho.
Una vez que Cómicos Suicidas terminaron su actuación y teniendo en cuenta que los asientos no eran muy cómodos y que además no podíamos ver los vídeos, decidimos marcharnos. Mientras bajábamos del cuarto piso nos fuimos haciendo fotos por los pasillos y al llegar al hall, nos dimos cuenta de que el panel del fotocall estaba allí solo y entonces se nos encendió la vena artística y sacando la cámara de fotos, fuimos desfilando y posando delante del panel disfrutando un montón fotografiándonos unas a otras. Al final lo dejamos por miedo a que viniera alguien a llamarnos la atención.
Ya en la calle no fuimos hacia el tranvía para volver a casa, no. Nuestra idea era cenar un bocadillo de calamares en el Calamar Bravo.
El Club de las Chicas del Martes fue distinto esta vez y fue muy divertido. Habrá más martes así...seguro.

Las demás fotos están aquí.

5/13/2013

¿A quién le importa?



Llevamos dentro el germen del espectáculo si no, no se explica que mi amiga Loli y yo hayamos grabado y subido a Youtube, hasta ahora, al menos 6 vídeos nuestros interpretando sendas canciones.
Siempre elegimos canciones españolas, entre otras cosas porque ni el alemán ni el chino se nos da muy bien.
El caso es que desde que grabamos el primer vídeo, empezamos a tener una serie de seguidores que nos pedían que grabásemos más y para agradecer la fidelidad de nuestros fans, accedemos a sus deseos y seguimos grabando.
El último vídeo que hicimos fue para interpretar una canción de Luis Aguilé sobre el amor, para celebrar el día de San Valentín y durante algo mas de un mes no volvimos a pensar en nuevas actuaciones. Pero un día, y de eso hace solo cinco, leí una de las redes sociales que la Orquesta Sinfónica del Teatro de las Esquinas, pedía a la gente que le gustase cantar, que enviase algún vídeo interpretando una de las cinco canciones que daban a elegir. De todos los vídeos que recibieran, eligirían uno o dos para que el día del concierto interpretaran con ellos unas de las canciones.
Como broma, le envié ese anuncio a Loli con la pregunta: "¿Nos atrevemos?"  y ella, que no se achica ante nada...o ante casi nada, me respondió: "¿Por qué no?" y claro yo no iba a ser menos, así es que nos pusimos manos a la obra, ya que solo teníamos cuatro días para que terminara el plazo. Elegimos la canción de Alaska titulada: "A quién le importa" y empezamos a ensayar cada una en nuestra propia casa. Por cierto que mi vecina de al lado me comentó que tengo a su gato un poco alterado de tanto escucharme cantar la misma canción varias veces al día. No me preocupó en absoluto porque es un gato tamaño tigre que se pasa todo el día acurrucado en el sofá, así es que un poco de marcha tampoco le irá mal. Lo que si hice fue explicarle ( a mi vecina, no al gato) el motivo de tanta repetición y ella lo ha entendido. Incluso me ha animado para que siga ensayando y que si era necesario sedaría al gato. No fue necesario porque dos días más tarde llegó Loli a mi casa con la canción sabida y todo el atrezzo necesario para grabar el vídeo Yo ya estaba preparada física y mentalmente para ese momento.
Después de un primer intento, necesario para templar y coordinar nuestras voces, pasamos a la acción y grabamos el vídeo definitivo, vídeo que esa misma noche se envió al Teatro de las Esquinas.
No esperábamos ganar, no esperábamos salir elegidas. Nuestra recompensa siempre es lo bien que lo pasamos mientras cantamos y por supuesto vernos en el vídeo.
Pasados tres días del envío, recibí un correo de la Orquesta en el que decía que les había gustado mucho y nos invitaban a ver su concierto. Pero no se quedó ahí, también nos pedían que al finalizar su actuación, subiéramos al escenario para interpretar con ellos la canción de Alaska.
Lo primero que pensé fue: "Qué mal debe de estar el panorama musical para que tengan que echar mano de nosotras" pero me di cuenta que debía dejar de infravalorarme y disfrutar de lo que hacemos.
Cuando llamé a Loli para contárselo, nos echamos a reír las dos, risa nerviosa por cierto, aunque todavía estábamos tranquilas porque todavía faltaba mucho para que llegase ese momento y aún así, el primer correo que ella me envió fue para espetarme...¡¡¡¡¡Mecaoentusmuelas!!!!, así, todo seguido, supongo que para darle más énfasis a sus sentimientos.
Me "culpaba" por haber enviado el vídeo, pero yo ni caso porque sabía que lo había hecho con su aprobación.
Volvieron los ensayos. Fueron ocho días frenéticos (supongo que como el gato de mi vecina) cantando la canción a todas horas para no olvidarnos de la letra y tratar de hacerlo lo mejor posible.
Y entonces llegó el día y de camino al teatro nos sentíamos bipolares. Por un lado nos daba miedo actuar por el respeto que da subirse al escenario pero a la misma vez nuestro propio orgullo nos impedía decir que no.
Empezó la orquesta su actuación, muy bien por cierto, y cuando llevaban unas cuatro o cinco canciones llamaron al escenario a una de las cantantes que había sido elegida por su vídeo y cantó la canción de Alaska. Al finalizar, la orquesta siguió interpretando unas cuantas canciones más y entonces llegó un descanso. Loli y yo seguíamos nerviosas porque el momento iba a llegar.
Al poco rato empezó la segunda parte del concierto y después de la tercera canción subió al escenario otra de las cantantes elegidas. Interpretó una preciosa canción en inglés titulada "I will survive" y Loli y yo nos quedamos tan asombradas escuchando esa voz que nos miramos a los ojos y automáticamente las dos dijimos que no con la cabeza, las dos dijimos que no subiríamos a cantar después de escuchar esa voz...o al menos no lo haríamos si no subían más participantes.
Cuando la orquesta dio por finalizada su actuación, hicieron lo que habían anunciado, es decir nos llamaron a  los participantes para que subiéramos con ellos a cantar. Hubo unos segundos de duda pero cuando vimos que subían las dos cantantes y otra pareja más. Loli y yo las seguimos y subimos al escenario animadas por el público. Una vez allá arriba, los nervios desaparecieron y nos crecimos quizá por la ayuda de todos, tanto de los músicos como del público.
Fue genial recibir los aplausos y la energía de todos ellos. Nos dieron un par de besos y nos agradecieron la participación. Nos bajamos del escenario y en el hall del teatro se nos acercaron los padres de una violonchelista para decirnos que habían visto nuestro vídeo y les había encantado. Estuvimos hablando durante media hora y regresamos a casa orgullosas de lo que habíamos hecho, o mejor dicho...por no haber reblado y haber tirado para adelante.
Cuando haya algo que realmente te guste hacer en la vida...nunca retrocedas y sigue adelante. Que nunca te arrepientas de no haberlo intentado.
Más fotos, aquí.