12/25/2014

Busy Body




He querido dejar pasar una semana entre el día que representamos la obra de teatro- el pasado miércoles 17- y hoy 24 de diciembre que me he decidido a escribir sobre esa maravillosa aventura que es el teatro.
La razón de esperar una semana es porque como todo el mundo sabe, no es bueno tomar decisiones o decir cosas en caliente, ya que entonces se suelen hacer o decir muchas tonterías. Bueno, ya sabemos que  hay muchas personas que suelen decir tonterías en caliente, en templado y en frío...pero eso es otro tema.
El caso es que el susodicho miércoles, después de tres meses de ensayos y de un número interminable de contratiempos...¡tachán! pudimos representar "Busy Body",  la obra de este año.
La verdad es que no resulta nada fácil "mover" un equipo de ocho personas a la hora de juntarnos para ensayar, pues cada uno tiene sus obligaciones y su vida privada.
Supongo que hay quien que pensará que si se pone un poco de interés, tres meses es tiempo suficiente para sacar adelante esta experiencia pero no, no es así. Lo sería si durante esos tres meses se hubiera ensayado tres o cuatro días a la semana y no fue así, nunca lo ha sido y no creo que lo sea alguna vez. En Limelight (nombre del grupo de teatro) somos más chulos que un ocho, o quizá un poco descerebrados diría yo y solo ensayamos los viernes.
Bueno, ensayar durante toda la tarde del viernes tampoco está mal pensareis...¡pues no! listos! tampoco ensayamos toda la tarde...La hora de empezar es a las 6.30 y nadie, por los motivos que sea, excepto yo, llega a esa hora.
La hora de ir saliendo de allí es a las 8.30 o las personas que están en conserjería se empiezan a poner nerviosas.
Como podéis ver son tres meses de ensayos, a cuatro viernes cada mes, hacen un total de doce viernes y si tenemos en cuenta que en cada uno de ellos estamos solo dos horas, hacen un total de...¡¡¡¡ veinticuatro horas de ensayo!!! No he podido evitar que saliera la azafata del "1, 2, 3, responda otra vez" que llevo dentro.
Otro de los contratiempos a los que tenemos que enfrentarnos cada año, es que durante esas dos horas semanales casi nunca coincidimos todos los actores y actrices y eso complica mucho los ensayos pues ha habido personas que nunca han ensayado con el compañero con el que tenia que dialogar en las escenas.
Tan solo el último domingo antes del estreno y después de dejar a nuestras respectivas familias en la sobremesa de la típica "comidafamiliardominguera" hicimos un pase completo ¡los ocho por fin! en una de las salas de un Centro Cultural del barrio. Aún así no fue completo del todo ya que ni ensayamos con sonidos, ni luces, ni con el escenario montado. Solo sirvió para estudiarnos los movimientos y repasar el diálogo.
 Para más inri, a uno de los compañeros de teatro tuve que decirle, con gran dolor de mi corazón, que no podía actuar, porque a diez días de la fecha de estreno, todavía no se había podido aprender el papel. Sabía que el hecho de tomar esa decisión acarrearía no poder hacer la obra, ya que no teníamos tiempo para poder encontrar a otro candidato con el valor suficiente de salir al escenario en una semana. ¿Que no? ¡¡jajajaja!! Pues si...lo encontramos. O mejor dicho, él fue quien se ofreció a actuar con nosotros, sus compañeros de teatro desde hace muchos años.
Se trata de Superman Sixto que por cuestiones de trabajo se encontraba en Bruselas y a punto de volver a Zaragoza a pasar las navidades. Volvió, se unió al grupo y con su ayuda y con el buen trabajo de todos nosotros, el resultado fue muy bueno...o eso fue lo que todo el mundo comentó, espectadores y alumnos de la EOI. Escuela Oficial de Idiomas.
Aunque yo siempre pienso que puedo y debo hacerlo mejor, la verdad es que ese día nos crecimos y nos sentimos genial.
Aquí os dejo algunas fotos.    

10/14/2014

Supercumpleaños.


El tiempo imparable e implacable ha vuelto a traer el mes de septiembre a mi vida y con él, mi cumple y las múltiples celebraciones que este hecho trae consigo. Porque aunque según el registro civil yo nací un 5 de septiembre, todos los años comienza la movida unos días antes y termina ...pues eso, no se sabe cuando termina. Pero hoy 25 de septiembre, 20 días después de mi cumple, he dado por finalizado este evento celebrándolo con Julián que me dio unos regalos traídos de su interesante viaje por Japón y China.
Todo esto comenzó el martes día 2, cuando desayunando con mi amiga Carmen recibí de su parte los primeros regalos y continué por la tarde con mis amigas, las Chicas de la Kuarta, aunque algunas faltaron porque todavía estaban de vacaciones.
El sábado de esa semana mi pareja me dio los primeros regalos, unos estupendos botines y un precioso broche, todo ello elegido por mi con lo cual, las posibilidades de éxito eran muy altas.
 El viernes 5, el día señalado, el día propiamente dicho, me tocó trabajar más que un viernes normal. Tuve que hacer la limpieza general de todo el piso y después de desayunar y hacer mis ejercicios gimnásticos me puse a escobar mi habitación. Allí estaba yo en plena faena, sin ni siquiera haberme lavado la cara y por supuesto sin maquillaje, como recién levantada de la cama y de repente sonó el timbre de la puerta de la calle. Pensando que podría ser el cartero, abrí sin preguntar (mal hecho) porque cinco minutos más tarde y sin haberme podido arreglar un poco, llamaron arriba y sin pensármelo abrí. Al otro lado de la puerta había un hombre de unos 40 años, bien parecido y con el ramo de flores frescas más hermoso que yo había visto...y yo con esas pintas. Me preguntó si me llamaba Esther y al responder que si, me entregó el ramo y una tarjeta, que yo pensé, "Ostras, tengo un admirador secreto". Cogí el ramo, la tarjeta y cerré la puerta. Como en el sobre no ponía nada, todavía mantuve la duda del admirador secreto, pero se desvaneció cuando al abrirlo vi que el ramo me lo había enviado la tía de mi pareja. Una mujer encantadora si, pero me seguía gustando más la idea del admirador. Después de terminar la limpieza, preparé la comida porque mi hijo independizado venía a comer a casa con un regalo bajo el brazo y lo celebramos con una comida especial y de postre...trenza de Almudevar...¡toma ya!
Para el sábado había preparado una quedada con algunos de los amigos que conocí haciendo teatro en inglés y sabía que iba a recibir más regalos y pasada la medianoche volví a casa contenta por todo lo que había pasado, con todo lo que me dieron, un broche, una gargantilla, un pijama, unos pendientes...y sobretodo con el ratico que pasé con ellos.
Al día siguiente, domingo, volví a celebrarlo con mi familia volviendo a comer juntos, pero esta vez en un restaurante y elegimos el del Acuario de Zaragoza. De esta manera pensé (qué ilusa) que daba por terminado tanta cena, tanta bebida, tanto dulce, tantos kilos en la cadera...pero no, nada de eso, nada había terminado porque la semana que iba a comenzar iba a ser similar a la que acababa de irse.
Dos días más tarde me reuní con mi amiga M José que junto con otra buena amiga Raquel, me entregaron una bonita gabardina que me compraron en Londres donde habían pasado las vacaciones.
El viernes de esa misma semana comenzamos a ensayar la obra de teatro en inglés y allí, uno de los compañeros y amigo personal, me entregó dos preciosas latas muy bien decoradas para guardar harina y arroz pero que creo que emplearé para guardar bombones...no sé, creo que me gustan más.
Tres días más tarde la firma de perfumería Yves- Rocher me regaló un colgante que aunque no está mal, no tiene nada que ver con la preciosa gargantilla que Pablo, mi otro hijo, me había regalado una semana antes.
Parecía que todo esto se calmaba cuando recibí la llamada de una amiga para quedar y desayunar juntas y allí, después de comerme una buenísima napolitana de chocolate, me regaló unas zapatillas de lona en blanco, pero no eran unas zapatillas normales porque ella, que es una artista, las había decorado personalmente. Un lujo.
No quiero dejar de agradecer a tod@s mis amig@s no solo sus regalos, sino que se acordaran de mi y quisieran celebrarlo conmigo. Tampoco quiero dejar de agradecer a Google su felicitación personalizada, la cual me sorprendió ver en la pantalla del ordenador cuando lo encendí y pasé a Facebook. No sabía que eso ocurría y cuando vi que ponía Feliz cumpleaños seguido de mi nombre, oye, que casi me emocioné. Llamadme "blandurria" si quereis.
Como he dicho al principio, toda esta aventura terminó con los regalos de Julián. Ahora toca disfrutar de los regalos y de los amigos y por supuesto, prepararme para el próximo cumple que ya solo quedan 11 meses.
Aquí podéis ver las demás fotos.

9/03/2014

Las Chicas de la Kuarta se van de picnic-


Verano, calor, gente que abandona la ciudad, turistas que llegan a ella, viajes de 15 días, de una semana, incluso de un día...¡qué trajín!. Pero las Chicas del Club del Martes, que han cambiado de nombre y que ahora se llaman Las Chicas de la Kuarta siguen al pié del cañón acudiendo los martes al club, aunque desde que empezó julio no han estado todas juntas. Todas han hecho o van a hacer (que todavía queda verano) viajes de mayor o menor duración.
Pero hoy, 21 de agosto y aunque no es martes, las chicas hemos decidido juntarnos y no para ir al bar del chino. El motivo ha sido celebrar un pic nic y no precisamente un pic nic tipo americano con hamburguesas, chuletas y mazorcas de maíz, no, no.
Nosotras, que somos muy raciales, muy de nuestra tierra, muy de Aragón, nos hemos montado un pic nic de bocatas de calamares bravos, con su mayonesa y su salsa brava.
Como yo tenía que salir al centro, me he ofrecido a través de whatsapp, a comprarlos y a estar de vuelta en el barrio con los bocatas sobre las ocho de la tarde.
Parecía tan fácil...pero de eso nada. En cuanto las demás han leído que me ofrecía a traer los calamares, el móvil ha empezado a sonar con un aluvión de pedidos y todos diferentes.
Que si a mí tráeme un par de bocatas uno con mayonesa y el otro sin. Otra quería uno picante, la siguiente que como un bocata le parecía mucho, quería una ración de calamares con todo (mayonesa y picante) y además un bocata completo aparte para que cenara su hijo, pero solo si le aseguraba que estaría de vuelta antes de las ocho, ya que su hijo se tenía que ir a trabajar.  
Yo no salía de mi asombro...¿cómo se podía complicar tanto lo que parecía un tranquilo picnic de calamares?
Entonces entre los numerosos whatsapps he visto uno de Loli poniendo algo de orden a semejante alboroto.
Han quedado en la calle y allí ha tomado nota de todo lo que quería cada una de ellas y después, tal y como habíamos quedado anteriormente, me ha llamado para decir que se ponía en camino hacia el centro donde yo seguía y al cuarto de hora ha llegado montada en su moto.
Yo le estaba esperando en la puerta de El Calamar Bravo y después de conseguir el pedido, nos dirigimos a la moto, colocamos las bolsas en el maletero, después de sacar el casco que yo aunque odio ponerme cosas en la cabeza, me tenía que poner si no quería volver a casa en tranvía.
Al llegar a la calle las chicas nos estaban esperando con todo el equipo de picnic, a saber, cuatro mantas o manteles sobre los que sentarnos y colocar las raciones, unas barras de pan, latas de bebidas, servilletas, vasos, cubiertos, etc, etc, etc.
El lugar elegido para hacer el picnic ha sido un parque que hay al final de nuestra calle. Hemos buscado un montículo con césped, árboles y algunas farolas y allí hemos montado nuestro chiringuito particular. Allí había tres generaciones de las chicas de la kuarta. Algunas nos hemos descalzado para sentarnos
mejor y después de terminarnos los calamares, las dos chicas de la generación más joven me han pedido que fuera con ellas a los esbarizaculos (toboganes) y también ha ido Loli y después Pili y Sara. Ha sido muy divertido bajarse por ellos, lo hemos hecho acompañando a las niñas que les daba un poco de miedo porque son muy altos y largos. También nos hemos columpiado (yo incluída) y después hemos regresado a las mantas, han puesto música, hemos bailado, hemos jugado a encorrernos y tumbadas sobre el césped hemos mirado las estrellas, las cuales se veían muy bien porque el cielo estaba muy limpio de nubes. La temperatura era buena, muy buena y hubiéramos continuado allí durante más tiempo pero había niñas pequeñas y aunque ellas no querían, se tenían que ir a dormir.
El picnic ha terminado pasadas las once de la noche.
Aquí dejo algunas fotos.

7/21/2014

Celebrando un cumpleaños desde el cielo.


Tengo un amigo que de los 365 días que tiene el año, eligió un 29 de febrero para nacer y seguro que lo hizo para no celebrarlo todos los años.
Hace tiempo yo creía que era una suerte nacer en año bisiesto y cumplir años una vez cada cuatro, pero parece ser que no es así, que no te libras de cumplirlos aunque no exista tu día en el calendario, lo cual no está mal porque sería terrible que luego te cayeran los cuatro de vez.
El caso es que mi amigo pudo celebrar este año su onomástica y cumplió 50 y como se suele decir, 50 no se cumplen todos los años, bueno ni 49, ni 51...digo yo, pues quiso celebrarlo a lo grande e invitó a un grupo de amigos con los que había vivido bonitos momentos de su vida y yo, junto con otros amigos que habíamos hecho teatro en inglés con él, estuvimos allí.
Para celebrar esa cifra "redonda" de los 50, el regalo también tenía que ser especial y a otro de sus amigos se le ocurrió la "estupenda idea" de regalarle un vuelo en parapente.
Entrecomillo  "estupenda idea" porque si ese regalo me lo hacen a mi, no me hubiera parecido tan estupenda, me hubieran partido por la mitad. De hecho, creo que no lo hubiera aceptado, pero Julián, mi amigo, se alegró. Le gusta vivir al límite...Aún así cuando vio de qué se trataba el regalo, no pudo evitar decirnos con cierta sorna aragonesa...¡¡qué cabrones!! . Eso sí, nos lo llamó sonriendo y sin acritud. De todas formas, yo no me dí por aludida. Jajajaja.
Julián tenía un año para hacer uso del regalo, así es que esperó a que el tiempo atmosférico fuese propicio para tirarse desde una montaña en Castejón de Sos.
El mes elegido para lanzarse al vacío fue junio y nos invitó a pasar un bonito día de campo, ver cómo lo hacía y filmar ese momento. Al llegar allí nos enteramos que no se iba a tirar solo. Juan Carlos, el amigo que había tenido la idea de hacerle ese regalo y por solidaridad, se iba a tirar con él. Bueno, no en el mismo parapente.
Ambos lo hicieron acompañados de un monitor cada uno, que digo yo que para alguien que hace esto por primera vez, le dará más seguridad hacerlo acompañado. También es verdad que si te la vas a pegar da igual ir solo o con alguien a tu espalda.
 El día elegido salió soleado y caluroso y mientras a ellos les subían en coche hasta el punto de lanzamiento, los demás, los espectadores, les esperamos en la pradera donde si todo salía bien, iban a aterrizar
Después de casi una hora esperando a que cayeran...perdón, esperando a verles planear por el cielo cual gaviotas, empezamos a imaginarnos los motivos de la tardanza.
"Que si cuando vieron la altura desde la que se tenían que lanzar, se negaban a hacerlo", "Que si habrían salido corriendo y los estarían buscando", "Que si al final seguro que el parapente aterrizaría solo con el monitor"...¡¡¡Cómo nos gusta especular a las personas!!!
Aunque estábamos muy a gusto en esa pradera, a pesar de los mordiscos de unos hambrientos tábanos que se ensañaron con nosotros, preguntamos a un monitor que había aterrizado un poco antes, por qué tardaban tanto Julián y Juan Carlos y nos dijo que era por causa de unas corrientes de aire que había allí arriba y que habían tenido que bajar 300 metros para ver si desde allí era más seguro y que lo iban a hacer enseguida.
Nos dijo de qué color eran los parapentes de nuestros amigos ya que no eran los únicos que se iban a tirar y al cuarto de hora más o menos, divisamos en el cielo el parapente rojo con raya gris de Julián y el verde de Juan Carlos.
Fue divertido verles planear en el cielo y emocionante verles aterrizar sanos y salvos. Tanto disfrutaron ellos también, que han decidido volverlo a repetir más adelante. No estoy yo muy segura de que lo vuelvan a hacer. Creo que lo dijeron porque nada más pisar tierra estaban bajo los efectos de la adrenalina...veremos más adelante.
 Cuando nos acercamos a felicitarles, Julián quiso saber si yo me animaría a hacerlo. Le dije que aunque estoy de acuerdo con la idea de que " qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo", no me refería a ese tipo de experiencias. Que cuando digo que hay que "lanzarse al vacío", no lo digo en sentido literal. Aunque a veces hacemos cosas que conllevan más riesgo que lanzarse desde 800 metros de altura.
Por cierto, quiero que les quede claro a mis amigos, que aunque en septiembre es mi cumpleaños, me conformo con un libro, un bolso, una blusa...etc, etc y si lo que queréis es ser originales, también acepto unas vacaciones pagadas. Cualquier cosa que vaya con mi forma de ser, es decir, algo seguro, algo que no implique el más mínimo riesgo.
Cuando quiera poner algo excitante en mi vida...lo elegiré yo.

Aquí hay algunas fotos de ese día.

7/17/2014

"Los jueves a las 6"


"Tienes que hacerlo en español", "Llevas mucho tiempo haciéndolo en inglés", "Tienes que hacerlo en tu propio idioma"...Estas frases me las habían repetido con frecuencia en los últimos años y al final...caí. Por supuesto estoy hablando hablando de teatro.
Llevo años (más de 20) haciendo teatro en inglés y en enero de este año comprendí - la insistencia de los amigos, también influyó- que ya había llegado el momento de pasar a las actuaciones en español, aunque por supuesto, sin dejar la interpretación en inglés. "Podré con todo" pensé.
En enero de este año y aunque el curso ya había empezado tres meses antes, me uní al grupo del Teatro de las Esquinas.Unas diez chicas y dos chicos dirigidos por la actriz Rosa Lasierra formábamos el grupo llamado "Los jueves a las 6" en referencia al día y hora de los ensayos.
El comienzo fue un poco duro por mi forma de ser. Me cuesta mucho unirme a grupos nuevos, empezar actividades nuevas, conocer gente nueva...en definitiva, todo lo nuevo y solo hago el esfuerzo de seguir adelante si ello me merece la pena y el teatro es una de esas cosas por las que saltaría cualquier obstáculo. Desde el primer día fui bien recibida. En ningún momento me sentí sola ni apartada en el grupo y eso me facilitó mucho la integración.
Aún así, las primeras semanas me sentía rara. Tocaba hacer improvisaciones y eso no me gusta nada, me da mucha vergüenza improvisar, sin embargo estoy contenta conmigo misma por no haber abandonado el proyecto, aunque se me pasó por la cabeza en alguna ocasión.
Después de tres meses y medio ensayando los jueves a las seis, llegó el jueves (no podía ser otro día) 12 de junio y a las 20.30 de esa tarde estrenamos las obras que habíamos estado ensayando.
El teatro estaba casi lleno (casi 500 butacas) y entre el público, amigos y familiares a los que por razones obvias no se les puede pedir objetividad pero todos salieron muy contentos de nuestra actuación.
Nuestro trabajo lo formaban cinco "Sainetes y Palizas" y dos romances.
No tengo la grabación de todas las actuaciones pero aquí podréis ver las fotos.




6/10/2014

Three Sketches.


El pasado lunes viví una nueva experiencia. Una nueva y muy agradable experiencia. Ese lunes actué en otra obra de teatro.
Si, vale, ya sé que después de más de veinte años que llevo actuando, no puedo llamarlo "experiencia nueva", pero es que esta vez lo novedoso ha sido que excepto Judith, que ya actuó las pasadas navidades y yo, ninguno de los compañeros había actuado antes. El pasado lunes fue su debut en los escenarios y por los comentarios que al finalizar todos pusieron en el WhatsApp, parece ser que se lo pasaron muy bien y no me extraña, porque lo hicieron genial. ¡¡¡Cuánto artista sin explotar hay a nuestro alrededor!!! y ellos sin saberlo...hasta ahora.
A finales del año pasado, una profesora de la escuela de idiomas me llamó para proponerme que animase a algunos de sus alumnos y preparase con ellos unos sketches en inglés.
Ocho de ellos se liaron la manta a la cabeza y se lanzaron al mundo de la interpretación y aunque comenzaron con cierto temor y falta de confianza en sí mismos (comprensible por otro lado) siguieron adelante con el reto y tanto ánimo merecía un final feliz.
Al principio también yo tuve mis dudas para aceptar ese reto, sobretodo porque lo que a mí realmente me gusta es actuar, lo de dirigir no me entusiasma tanto, pero mira por donde pude hacer las dos cosas ya que una de las alumnas que se había animado a actuar tuvo que dejarlo y como queríamos seguir adelante con el proyecto y ya no teníamos tiempo para buscar a alguien que la sustituyera, cogí yo su papel.
El motivo para abandonar su papel era un motivo muy importante...¡había encontrado trabajo! ¡que sí, que es verdad! No me preguntéis cómo ha ocurrido, pero lo ha encontrado y no están los tiempos para rechazar un trabajo por mucha ilusión que se tenga en subir a un escenario.
Ahora ya ha pasado todo, ahora toca disfrutar de esa "primera vez" y como casi siempre pasa, las "primeras veces" de algo se quedan en la memoria durante mucho tiempo, pero por si acaso, aquí os dejo unas fotos y un trocito de vídeo de ese día.
Gracias a tod@s por haber sido tan valientes y por haberme dejado vivir con vosotr@s esta experiencia.
Fotos aquí.

4/21/2014

Tres más uno.


Volvemos a ser cuatro en casa. Y no es que mi hijo mayor, que se independizó hace siete años haya vuelto con nosotros, que tampoco sería nada raro ya que por culpa de la política de este gobierno, muchos hijos han tenido que regresar a casa de sus padres. Pero no, no se trata de mi hijo. Se trata de alguien, o quizá algo. En realidad no sé cómo llamar lo que ha venido a mi casa: espíritu, presencia, ente, energía...que cada uno lo llame como quiera. Yo solo voy a contar lo que ocurre.
Desde hace ya unos diez años vienen apareciendo en mi casa unas rayas rojas. Las primeras que vi, estaban en la pared que hace de cabecero de mi cama. Esa pared está forrada con trozos de papel del mismo tamaño pintados en gris. El autor es mi pareja.Sobre estos papeles, en los que están más cerca de donde están las almohadas, pero sin que llegue mis manos a ellos una vez que estoy tumbada, aparecieron las primeras, algunas un poco más gruesas que otras e incluso he podido distinguir claramente la letra h entre esas rayas.
No sabía cómo habían aparecido pero tampoco le dimos mayor importancia, solo cuando con el paso del tiempo vimos de esas rayas en otros lugares de la casa, fue cuando empezamos a prestarles atención, aunque seguíamos tomándonoslo como algo "curioso" y "divertido" a la vez.
La superficie sobre la que han aparecido es muy variada. Tengo rayas sobre una lámpara de cristal mate, sobre metal, sobre madera, sobre la pared, sobre folios, sobre plástico, sobre radiadores...
La más gruesa tendrá unos tres milímetros y la más larga medirá unos ocho centímetros. Ni son del mismo tamaño, ni son del mismo grosor, pero tienen en común que TODAS son rojas.
Tampoco se ha librado ninguna habitación de la casa...quien sea, ha querido dejar su marca en todas ellas.
Aparte de los que vivimos en mi casa, solo lo saben unas cuantas personas con las que he tenido suficiente confianza como para contárselo...aunque sabía que les parecería imposible que eso ocurriera.
Algunas personas han sugerido que podría hacerlas yo sin darme cuenta ya que a veces llevo pintadas las uñas de rojo, pero no, el grosor de algunas rayas descarta esa posibilidad y también que el trazo de algunas de ellas se asimila más al de un lapicero de color.
He intentado borrarlas y solo se van con disolvente. Cuando me he pintado las uñas con esmalte de color rojo y he intentado hacer rayas sobre las mismas superficies donde ya había... no he podido dejar ninguna marca.
Nos hemos acostumbrado a ellas, de hecho, cuando pasa un tiempo sin descubrir ninguna nueva, me apena un poco pensar que "quien sea" o "lo que sea" se ha ido y cuando veo una nueva, por pequeña que sea, me produce cierto nerviosismo pero a la vez cierta alegría.
Algunas de las personas que saben de este suceso, me han sugerido que pregunte a ese "alguien" o "algo" el motivo de su presencia...me niego. No me importaría hacerlo, el problema vendría si ese "algo" o "alguien" me respondiera. Para eso todavía no estoy preparada.
No me importa que haya elegido mi casa, lo que me molesta es la forma que ha elegido para hacerse notar. Es verdad que podría ser mucho peor, he oído casos en los que se oyen voces, lanzan objetos, se encienden o apagan las luces...pero es que llenarme la casa de rayas rojas me molesta bastante. Hubiera preferido que se manifestara, no sé, haciendo las camas, limpiando los cristales...
Bueno, al menos no me esconde los objetos ni me desaparece dinero. Eso si que me enfadaría.
He hecho fotos de algunos de los lugares donde han aparecido las rayas para que veáis que tengo razón, pero tengo que confesar algo que acaba de ocurrir hace tan solo unos diez minutos, algo que me ha empezado a preocupar. Mientras estaba escribiendo este artículo en el ordenador, he descubierto una nueva raya roja en la parte baja de la pantalla. Al menos agradezco que no me haya hecho la raya en medio de la pantalla. También le he hecho una foto, podéis comprobar lo que digo porque cuando he hecho la foto, todavía no había terminado este artículo.
¿Estará leyendo lo que estoy escribiendo? Si es así espero que le guste.

Las fotos aquí.

3/23/2014

Los DJ's en La Topera



Sabemos que no necesitáis razones para organizar una sesión de música. Sabemos que cualquier excusa es buena para animaros a vosotros, mis dj's favoritos a hacerla. En esta ocasión, el motivo ha sido "despedirnos" de uno de vosotros, de Pedro Bericat, que se va a New York con su pareja a pasar nada menos que un mes. ¡¡Qué suerte!!
Esta vez el lugar elegido es un bar-restaurante que se encuentra en el barrio de San José y cuyo nombre es La Topera. Que yo sepa, es la segunda vez que ponéis música allí y por lo contenta que se ha quedado la dueña, no será la última vez que vayáis.
Queridos dj's, permitidme que hable de la dueña. La dueña es Dora un encanto de chica a la que conocí allá por el año 1997, cuando su entonces pareja Germán, la mía, Luis y otros dos artistas más expusieron en New York. Si, si, New York. Y para allí que nos fuimos. Aquel viaje fue una muy buena experiencia para mi. Me enamoré locamente de la ciudad y estoy segura de que compartir el hotel con Dora y Germán también influyó en ese buen sabor de boca con el que regresé de ese viaje.
Ahora Dora lleva La Topera y muy bien por cierto y aunque hoy he llegado allí casi a las 8 de la tarde, vosotros prácticamente habéis pasado el día allí.
Os ha preparado una buena comida (me lo ha chivado uno de vosotros) y no me refiero solo a los alimentos, también a la compañía porque todo el mundo sabe que cuando uno come con amigos...todo sabe mucho mejor.
Yo he llegado sobre las 8 acompañada de mi amiga M José. Me ha encantado el recibimiento que hemos tenido bajando las escaleras entre aplausos por parte de los que ya estabais allí.
Al estar recién llegadas, estábamos frescas, descansadas y con muchas ganas de bailar. Alguno de vosotros nos ha dicho que como ya llevabais varias horas bailando, pues que a partir de ese momento era nuestro turno, que éramos vuestro relevo, pero yo sabía que nadie se iba a quedar sentado. Es imposible con estos dj's.
En algunas ocasiones habéis sido tres, en la velada de hoy eráis cuatro y habéis hecho que la música haya sido variada pero toda muy bien seleccionada y ha habido calidad.
Como siempre que os juntáis para ser dj's, vuelvo a casa contenta y con mucha energía. Sois unos "quitapenas" increíbles...y me ha dicho un pajarito, que ya estáis preparando la próxima.
Empezad a prepararla porque la espero con ansia y siempre habéis dejado el pabellón muy alto así es que...no podéis fallar.
Aquí he puesto una selección de fotos para recordar este día y Pedro...¡disfruta de New York y déjate conquistar por esa ciudad, como hice yo!


1/09/2014

Cuentos chinos.


Resulta que desde hace unos meses, cuatro a lo sumo, tengo vecinos chinos viviendo en el piso de abajo. Al ser un primer piso, disponen de una terraza grandecica a la que se sale por la cocina, tipo patio de luces pero abierto al exterior por uno de sus lados. Realmente no sé cuántos miembros componen esa familia, porque aunque los veo y nos saludamos cuando salen a la terraza, físicamente me parecen tan iguales que no sé si sale siempre la misma persona o no. Ya sé que esto puede sonar a tópico, pero tiene su parte de realidad.
La verdad es que no tengo problemas para diferenciar a un chino de una china. Tampoco a un chino adulto, de un niño chino, pero distinguirlos entre los que son del mismo sexo y similar edad, lo tengo más complicado y si los veo por separado...ya ni te cuento.
 Lo que sí tengo claro es que en dicha familia hay tres niños pequeños de 6, 5 y 3 años y cuyo español es tan bueno como el de cualquier niño de esa edad que haya nacido en España. No puedo decir lo mismo de los miembros adultos. Pero eso entra dentro de la normalidad.
La primera noche que durmieron entre nosotros, bueno, quiero decir en nuestro edificio, me sorprendió escuchar un fuerte sonido mientras recogía mi cocina a eso de las dos de la madrugada. El sonido era sincronizado y repetitivo así es que, dejándome guiar por su rastro, abrí la puerta corredera de mi galería y escuché y me pareció que venía de una de las habitaciones del piso de abajo.
El sonido no era de música precisamente, no, no era mi grupo preferido interpretando una de sus canciones y aunque lo hubiera sido, las tres de la madrugada tampoco era la mejor hora para escucharlos. Se trataba de fuertes ronquidos y lo sé muy bien porque estoy familiarizada con ellos, aunque los que yo conozco son de más baja intensidad...pero eso es otra historia.
Como la ventana de la habitación de uno de mis hijos también da a esa misma galería, barajé la posibilidad de que los ronquidos pudieran ser suyos, aunque a él, precisamente a él, nunca le he oído roncar. Aún así apoyé mi oreja en la puerta de su habitación, pero solo escuché el sonido del silencio.
Regresé a la galería de la cocina para intentar averiguar de dónde procedía y me dí cuenta de que venían de abajo, de la habitación donde dormía uno de los chinos, o dos, o cinco...no sé.
Da la casualidad, o no, de que esa misma familia tiene un bar en la misma calle y por casualidad también, es el bar donde nos reunimos las chicas del club del martes.
Nos caemos bien, nosotras les caemos bien a ellos y ellos nos caen bien a nosotras. Son simpáticos y amables y con esa misma amabilidad me comentó una de las señoras que viven en el primero cuando me la encontré en el patio de nuestro edificio, que iban a celebrar una fiesta allí, en su piso, que duraría cuatro días y que se iban a reunir unas 30 personas. Familiares suyos y algunos de ellos venidos de otros países.
Me pidió permiso para extender una lona de plástico y tapar toda la terraza para hacer un techo.- todavía no tengo claro si era por si llovía o porque no querían que viese lo que iban a hacer-
El caso es que fuese para lo que fuese, les dije que no me molestaba que la pusieran y que lo único que les pedía es que esa fiesta no se alargase hasta la madrugada. Como me dijo que acabarían pronto, le respondí que...¡adelante con la party!
El día 5, víspera de Reyes para nosotros pero sin significado especial para ellos comenzaron los preparativos y empezaron a extender la lona plastificada. Por uno de sus lados la ataron a la valla que les separa de sus otros vecinos del primero. Otro de sus lados fue enganchado a la celosía que da a la calle y para sujetar el tercero, necesitaban atarlos a los hierros de mi galería, así es que sobre las cinco de la tarde llamaron a la puerta y al abrirla me encontré a dos niños chinos, niño y niña, que me explicaron que estaban extendiendo la lona y que si les daba permiso para atarla a mis hierros. Les volví a decir que podían hacerlo y entonces el niño, de unos doce años, salió a la galería y le comunicó a un familiar que estaba abajo, que adelante, que no había problemas. Bueno, supongo que eso es mas o menos lo que le debió de decir porque claro, la conversación fue en chino. Lo deduje porque a los dos minutos ya tenía a una china adulta entrando por la puerta de mi piso dirigiéndose a la galería de la cocina y diciéndome que si podía apartar todas esas bolsas de objetos para reciclar que suelo tener ahí afuera y que le impedían realizar la atadura de la lona.
Después de quitar las bolsas, me pidió que si también podía quitar el carrito de la compra. Por supuesto era el niño el que me iba traduciendo lo que la señora me pedía y que por cierto ya empezaba a pensar que esa señora estaba pidiendo "demasiado", aún así hice lo que me pedía y ella empezó a atar la lona a mis barrotes. Cuando finalizó de hacer ese trabajo y ya en mi cocina, me dijo que bajase al piso de abajo y me uniera a su fiesta, que iba a haber mucha comida y mucha bebida. Sé que me dijo todo esto porque el niño seguía haciendo su trabajo de traductor. Sonreí, y le dí las gracias, no sé por qué me salió en decírselo en inglés y entonces la señora china, que por cierto venía de Holanda, abrió mucho los ojos - todo lo que un chino puede abrirlos claro- y sonriendo me preguntó en inglés: Do you speak English? ¿Hablas inglés?. traduzco para los de la ESO.
Le dije que sí, que un poco. Un poco de modestia por mi parte no está mal. Entonces ella, cual ametralladora disparando me volvió a invitar que bajase y compartiera la fiesta con ellos. Me dijo que se trataba de una fiesta budista. Supongo que se refería a una reunión budista porque fiesta, fiesta, yo había oído hablar de fiesta hippy, fiesta sesentera, fiesta de solteros...pero nunca de fiesta budista, aunque tengo que confesar mi casi completa ignorancia sobre el tema de las religiones.
Me volvió a recordar que habría mucha comida y bebida y que yo sería bienvenida allí. Tanto repetirme que habría comida y bebida me hizo pensar, si es que me veían desnutrida y deshidratada..
Le di las gracias de corazón y le dije que era muy amable. Ahí se quedó la cosa.
He vuelto a bajar al bar con las chicas del club y enseguida me ha dicho la dueña del bar, que es la misma que vive en el piso de abajo. "oye, que no has bajado a casa"
La verdad es que en estos dos días de "fiesta budista" no hemos escuchado ningún ruido. Bueno, lo único que he notado es que los dos días que llevamos de fiesta, a las diez de la mañana, se escuchan unos rezos con cierta armonía que duran unos diez minutos, pero aparte de eso, yo diría que incluso se oyen menos ruidos que antes, porque los ronquidos he dejado de escucharlos e incluso ya no se oyen los llantos de uno de los niños, que una noche si y la otra también nos despiertan sobre las tres de la madrugada.
No sé cómo terminará la reunión budista, supongo que bien, como ha sido hasta ahora. Las únicas diferencias que he notado es que hay un fuerte olor a incienso en el patio, que se ven entrar y salir más chinos de lo que se veía anteriormente y algún que otro pequeño despiste, como el de esta tarde que han llamado a la puerta de mi casa, abro y veo a una china asombrada de verme allí, entonces le he dicho "Down" y ella me ha contestado "sorry". Ha dado media vuelta y se ha ido.
En cierto modo me gustaría bajar y conocer un poco cómo es esa celebración pero por mi timidez no lo hago. ¡Maldita timidez que no me permite ampliar mi conocimiento en algunos temas!

 
  

1/06/2014

28 de diciembre...día de mis dj's favoritos.


La elección de este día 28- día de los Santos Inocentes- para poner música supongo que fue casual, porque la sesión de los dj's fue de todo menos una broma.
En esta ocasión, aunque no es la primera vez que ocurre, los dj's fueron cuatro en vez de tres, pues a los ya conocidos Luis, Paco y Pedro, se unió nuestro amigo Tomás.
Otra novedad de esa noche fue el tiempo que duró la sesión...¡¡Doce horas!! Fácil de decir pero no tanto de llevarlo a cabo cuando hay que pegarse todo ese tiempo delante de un portátil o tocadiscos (Pedro utiliza discos de vinilo) para que la música no deje de sonar.
El escenario elegido y ya es la segunda vez que lo eligen, es un restaurante "Vent de Mar". Allí y aunque no es muy grande, les habilitan un espacio al fondo del mismo.
Los clientes llegan, comen y se van con el estómago lleno y habiendo disfrutado, sin incrementar el precio, de una comida o una cena con música en directo. Algo que hoy en día no es fácil de encontrar.
Me uní a esta sesión musical cuando ellos ya llevaban casi siete horas haciendo bailar al personal. De hecho, cuando llegué acompañada de mi amiga M.José, nos dijeron que sobre las cinco de la tarde había habido overbooking de gente bailando, aunque llenar ese espacio es fácil ya que como he dicho antes, las dimensiones del local no son muy grandes.
Cuando llegamos M José y yo, tardamos en empezar a bailar lo que nos costó quitarnos el abrigo. Necesitamos muy poco para empezar a mover el esqueleto y la música que ponen mis dj's favoritos, siempre, siempre lo consigue.
Llegó la hora de la cena y empezaron a llegar los clientes. La docena de mesas que creo que hay allí se fueron llenando, incluso hubo clientes que tuvieron que esperar en la barra del bar a que se quedara alguna vacía y eso hizo que el espacio para bailar se nos fuese reduciendo, pero aún así, no dejamos de bailar, lo hubiera seguido haciendo aunque solo hubiera tenido una baldosa sobre la que moverme.
Sobre las diez, MJosé empezó a sentir hambre y me preguntó si yo quería cenar algo a lo que respondí que no. Volvió a preguntármelo una segunda vez un poco más tarde pero mi respuesta seguía siendo la misma. Por suerte otra amiga, Pachi, empezó a sentir hambre y compartieron una ensalada de queso de cabra que tenía muy buena pinta.
A lo largo de la noche algunos amigos se pasaron `por allí a saludar a los dj's y ya de paso cenar con su música de fondo.
Pasada la una de la madrugada, pusieron la canción que en mi infancia veía en tv cuando querían que los niños nos fuésemos a la cama titulada "Vamos a la cama" y que protagonizaba la Familia Telerín. Con ella nos querían anunciar que la sesión musical había terminado. Aún así, todavía les dio tiempo a poner la canción con la que Lina Morgan y sus compañeros de revista despedían sus actuaciones. "Agradecidos y emocionados solamente quiero decir...Gracias por venir" dice la letra.
Salimos del local para volver a casa y a pesar de ser el día de los Inocentes (sean santos o no) nos íbamos sin que nadie nos hubiera puesto un monigote en la espalda.
Unas cuantas fotos, aquí.