Esta tarde me he encontrado con Elena, una de las chicas del Club del Martes, y me ha dado un cariñoso rapapolvo. Digo "cariñoso" porque todo el que la conoce sabe que ella no sabría decirlo de otra manera. Elena es una persona trabajadora, divertida, muy activa, cariñosa y amable y aún así se me ha quejado porque llevo más de un mes vagueando...Bueno, quiero aclarar que estoy vagueando solo en lo que respecta al blog que tengo, no vayamos a creer que tengo mi vida manga por hombro...¡vamos!
Elena acababa de llegar a su casa después de pasar unos 20 días en la playa y después de recoger todo lo que se lleva en las maletas (eso es lo que peor llevo yo de las vacaciones) decidió relajarse leyendo mi blog, por cierto...¡gracias, guapa! y ahí es donde empieza su enfado.
La última entrada que hice en él, data de finales de junio cuando escribí sobre mis vacaciones en Portugal y claro, Elena no ha encontrado nada nuevo al visitar el blog y se me ha quejado...y con razón. Porque yo soy de las que piensa que si se crea un blog es para mantenerlo vivo y no para dejarlo ahí quieto por el mero hecho o la mera excusa de que no se me ocurra nada sobre lo que escribir, pero es que las altas temperaturas de estos días tampoco me han ayudado la verdad. Los 43º grados que estamos padeciendo desde hace varios días son capaces de secar la inspiración al mas pintado.
¿No os habeis preguntado nunca por qué Picasso dejó Málaga y se fue hacia el norte? Yo os lo diré, pues buscando un clima algo más fresquito, porque los veranos andaluces son lo mas parecido a vivir en el infierno, que no es que yo haya estado en él, pero por referencias me lo puedo imaginar.
Al parecer en Málaga no había manera de inspirarse por el calor, así es que se aposentó en Cataluña y no pareciéndole lo suficientemente fresca siguió más al norte y se quedó en Francia, bueno que por aquí estuviera el dictador Franco también influiría en su marcha, pero oye, no hay mas que ver toda su gran obra para entender la influencia que una temperatura fresquita tiene en los artistas.
Como en mi caso no hay posibilidad alguna de subir hacia el norte cada vez que quiera que me llegue la inspiración, lo de escribir en el blog sigue dependiendo de los grados que el termómetro marque en mi ciudad.
Sin embargo hoy, "presionada" por mi amiga Elena, me he olvidado de los casi 40º que nos ahogan y voy a contar que esta mañana, las chicas del club hemos estado en la piscina. Si, porque aunque a veces nos cuesta mucho convencer a alguna de las chicas (siempre a la misma, por cierto) de que es bueno hacer cosas diferentes, la verdad es que nos encanta no limitarnos a la cita de los martes.
Por eso a veces salimos del barrio, para comernos algún bocadillo, tomar un helado o incluso para salir de compras...¡ah! y en una ocasión también fuimos a una exposición, que no quiero que se piense que nunca nos hemos reunido para algo cultural.
Lo de ir juntas a la piscina también es nuevo y hoy lo hemos hecho y nos lo hemos pasado muy bien. Poca gente, vegetación, árboles que nos dan sombra y la temperatura del agua...¡buenísima!. Si todo esto no fuese suficiente, añadiré que nos ha acompañado Adriana, una pequeña de tan solo 2 años y nieta de Sara, que ha sido una delia para todas nosotras.
A las 2, cuando el sol estaba en pleno apogeo hemos vuelto a casa a comer, descansar, ducharnos y volver a reunirnos en nuestro club para seguir haciendo cosas juntas e intentar alejar la rutina de nuestro lado.
Hace unas semanas hicimos un reportaje fotográfico con las gafas de sol que todas teníamos en casa. También han posado para mi, para poder llevar a cabo un proyecto de "manos" que publicaré en septiembre.
A partir de ahora nos quedan unas cuantas cosas que hacer juntas y que ya casi las tenemos preparadas. Adelantaré que tenemos pendiente una sesión fotográfica con gorros y sombreros, aunque esto solo lo sabíamos Loli y yo.
¡¡¡Ummmmmm!!! Me encanta el verano...
Elena, no me riñas si vuelvo a tardar en publicar en el blog. Ya sabes que el calor me mata.
Aquí las fotos.