10/21/2020

COSAS DE MÍ.

Una vez escuché que el cineasta aragonés Luis Buñuel, en un capítulo de su libro "Mi último suspiro" publicó una lista de cosas que le gustaban y cosas que detestaba.
Aconsejaba a todo el mundo que lo hiciera alguna alguna vez en su vida...y yo le he tomado la palabra.
Entendí que era bueno hacerlo porque, reflexionar sobre nosotros mismos escribiendo, aunque sea minimamente, sobre los motivos por los que algo nos gusta o nos deja de gustar, nos ayuda a conocernos un poco más.
Mi lista podría ser muy amplia, pero me limitaré a escribir sobre algunas de ellas.
Empezaré por las que me gustan:

Me gusta la EDUCACIÓN  y añadiría la AMABILIDAD. Hacen que la vida de los que nos rodean sea más agradable.
El CHOCOLATE en cualquiera de sus presentaciones, pero eso sí, con mucho cacao.
Me encanta llevar los labios PINTADOS DE ROJO porque me da energía, fuerza y seguridad en mí misma.
ESTAR CON LA FAMILIA porque...es como tenerlo todo.
ACTUAR EN EL TEATRO siempre me había gustado, pero cuando me ví por primera vez sobre un escenario, actuando ante tanta gente...sabía que tenía que seguir haciéndolo.
La FOTOGRAFÍA, en general me gusta. Me gusta hacer y hacerme fotos. Guardar recuerdos de cada sitio al que vamos.
MIRAR AL CIELO y emocionarme con las nubes y los atardeceres. En Zaragoza, las dos cosas son bellísimas. Los amaneceres también lo son...el problema es que no me gusta madrugar.
Los ANIMALES en general, pero de ellos, los caballos son mis preferidos. Montar en uno de ellos era mi sueño, el cual se hizo realidad en 2018.
Las REVISTAS DE MODA Y DECORACIÓN las encuentro interesantes y entretenidas. De ellas se pueden sacar muchas y buenas ideas.
El PERFUME FLOWER BY KENZO. La verdad es que gustan muchos de ellos, pero si cada uno de nosotros tenemos un perfume con el que nos identificamos...creo que el mío es ese.
EL SURREALISMO Y LA SICODELIA. Ambos movimientos los conocí a través de mi marido y fue todo un descubrimiento.
LOS ABRAZOS. Los de amor, los de cariño, los de amistad, los de consuelo, los de apoyo, los de alegría...Todos ellos son una importante fuente de energía y salud para el alma.
Me siento bien teniendo cierto ORDEN y REGULARIDAD en mi vida porque eso me aporta tranquilidad y seguridad.
IR DE TIENDAS Y VER EXPOSICIONES y aunque esto segundo no lo hago con la frecuencia que me gustaría, quizá porque en la ciudad apenas se programan exposiciones, disfruto viendo el trabajo de los artistas.
LA SERIE DE TV "LA QUE SE AVECINA" Sí, ya sé que no es precisamente una serie de culto, pero a mi me hace reír su sentido "descarado" del humor.
Me hace feliz VISITAR PEQUEÑOS PUEBLOS y ciudades grandes también, aunque lo que no me gusta es el trayecto hasta llegar al destino.
Me gusta LA NOCHE. La noche es un momento mágico para mí. No sé si será por el influjo de la luna, de hecho, creo que me gustaría poder sentir ese influjo, pero la verdad es que la noche me hace sentir más sensible y más vulnerable. La noche, como casi todo, también tiene otra parte menos poética para mi. Siento que la noche es el final de algo, bueno, en realidad es el final del día. El sueño, aunque muy necesario para el cuerpo, me parece una pequeña "muerte" 

Esta es una pequeña muestra de las cosas que me gustan y ahora también quiero compartir algunas de las que no me gustan.

No me gustan LAS BROMAS QUE HUMILLAN  a los demás. No me parece justo hacer daño a la gente para que otros se rían.
LAS JOYAS DE ORO porque me parecen demasiado ostentosas.
Me molesta muchísimo LA IMPUNTUALIDAD constante de algunas personas.
Me enfada mucho que la gente NO RESPETE LOS TURNOS DE PALABRA en una conversación. A veces tengo que exponer mi opinión a una velocidad superior a lo normal, a fin de evitar que alguien se meta por el medio, ya que en ocasiones no lo hacen para dar su opinión, sino que directamente, comienzan otra conversación.
Me da claustofobia y por eso no me gusta ENTRAR EN UN ASCENSOR CON MUCHA GENTE. Mis vecinos lo saben y cuando me ven llegar con el carro de la compra, me esperan para subírmelo. Hasta ahora todo ha ido bien, quiero decir que nadie ha aprovechado el trayecto para llevarse algún producto de mi carro...es buena gente.
No me gusta MIRAR LOS MAPAS DE CARRETERA, no los entiendo, no sé ni cómo mirarlos y aunque tampoco me gustan lo GPS y mucho menos la voz robótica que nos va diciendo por dónde ir, reconozco que me ha quitado un peso de encima.
Definitivamente LOS DEPORTES no están hechos para mi. No hablo de no ir al gimnasio, hablo de que no me gusta ver ningún deporte en directo ni tampoco verlo en tv, aunque he de decir que algo de "deporte" hago ya que desde hace casi 20 años, cada mañana hago 45 minutos de ejercicios gimnásticos pero por ser necesarios para cuidar mi espalda.
No me gusta nada, nada, QUE ME DEN ÓRDENES y no sé el motivo porque no recuerdo haber vivido ninguna experiencia que motivase mi rebeldía hacia las órdenes.
LAS CHUCHES (de ahora) no me gustan. Comparo las que yo comía de niña con las que han comido mis hijos y me he dado cuenta que los sabores y la calidad han empeorado mucho.
LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. La razón principal es que me pasa como con los mapas de carretera, que no las entiendo y por eso mismo, me falta interés por aprender.
USAR SOMBREROS. Me gusta verlos y reconozco que algunos son preciosos pero...no me quedan bien. Me siento insegura si en alguna obra de teatro, tengo que llevar algo en la cabeza.
ODIO COSER. Me aburre un montón y por ese motivo nunca aprendí a hacerlo y eso que de niña en el colegio, teníamos clase de costura...o quizá fue por eso que llegué a odiarlo.
EL COLOR SALMÓN. ¿Pero, a quién puede gustarle ese color? Sé que a algunas personas y dependiendo del tono de su piel les puede quedar mejor o peor aunque...sigo creyendo que no le queda bien a nadie. Aún así, algunos diseñadores se empeñan en que sea el color de moda algunas temporadas.

Pues aquí dejo esta pequeña confesión personal sobre lo que me gusta y lo que no, aunque para terminar quiero añadir otra que no me gusta y que no he comentado arriba. No me gusta hablar sobre mí. Puedo publicar historias reales que haya vivido y en las cuales, a veces, me he tomado la licencia de añadir alguna que otra ironía, pero en esta ocasión hablo demasiado de mí y me cuesta, porque creo que si la gente me conoce demasiado, me vuelvo más vulnerable y no estoy segura de que eso me guste. En fin...el ying y el yang.