6/09/2008

Barcelona ¿ciudad de compras?



Luis y yo pasamos el sábado en Barcelona. Cogimos el AVE a las ocho menos cuarto de la mañana (no veas qué madrugón) y un poco antes de las nueve y media ya estábamos allí y con toooodo el día por delante pues el tren de vuelta no salía hasta las nueve de la noche.Lo primero que hicimos al llegar fué desayunar, que todo se vé mejor con el estómago lleno. Con el café me pedí algo con chocolate, aunque no se podía comparar con la napolitana que todos los martes desde hace más de diez años, comparto con un par de amigas en un desayuno en el que el inglés, es nuestro idioma de comunicación, pero es que es difícil encontrar otra napolitana igual de sabrosa. Bueno, después de "recargar las pilas" empezamos a caminar y caminar y caminar. Vimos exposiciones y volvimos a caminar y caminar hasta encontrar un sitio que nos gustara a los dos para comer. Tres cuartos de hora para degustar el menú y vuelta a caminar hasta encontrar una terraza para tomar un café (10 minutos, 15 a lo sumo) y de nuevo a caminar. Íbamos en busca del arca perdida-- es broma--- en realidad íbamos, bueno, iba yo, en busca de algo interesante que comprarme. Solo quería algo de ropa,un bolso, un colgante, no sé, algo. Recorrimos el barrio gótico, creo que varias veces ya que repetimos calles y busqué tiendas por la zona del Borne,caminamos hacia arriba y hacia abajo. Miraba los escaparates una y otra vez sin perder detalle, con la esperanza de encontrar algo que llevarme a Zgza. y así hasta las 8 de la tarde (con alguna pequeña parada de diez minutos para tomar un té, bueno, y para hacer pipí). A esa hora y en metro, fuimos a la estación a coger el tren, de vuelta a Zgza. A las 10.30 ya estábamos en casa. La verdad es que cuando cogimos el tren, tanto Luis como yo estábamos totalmente agotados. No había caminado tanto en mi vida. Luis me dijo que no pensaba que yo fuera a aguantar tanto, (yo tampoco). Por la noche cogí la cama como nunca lo había hecho. He dormido ocho horas pero he dormido bién y ya estoy como nueva.
Por supuesto, no me compré nada. No sé por qué razón, nunca encuentro nada, pero tampoco volví de vacío. Paseé por calles que me gustan y disfruté viéndo las tiendas cuyo diseño, siempre he admirado. El día, sin duda, fué muy agradable.

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