9/18/2008

El placer de la lectura.


Uno de mis momentos preferidos (de llevarlo a cabo) sería, estar comodamente sentada escuchando música y leyendo un buen libro, un buen libro para mí, es uno que cuando lo empiece me cueste dejar de leerlo. Me imagino ese momento y me parece relajante y acogedor, aunque la verdad es que no lo vivo con la frecuencia con la que me gustaría y es que, cuando leo, quiero hacer solo eso, leer, quiero tener la mente puesta solo en la lectura y hasta ahora siempre tengo veinte temas sobre los que pensar, decisiones que tomar, problemas personales que resolver........ y así no hay manera de concentrarme en el libro. Intentarlo, lo he intentado, de hecho, hace un año me leí uno (no era el único, sí el último). El título era " El guardián entre el centeno" y me costó mucho terminarlo. ¿El motivo? ya lo he dicho, tener demasiadas cosas en la cabeza, que menos cuernos, tengo de todo.
Cuando empecé a leerlo estuve a punto de rendirme antes de terminarlo, pero no lo hice. Sería la primera vez que dejara algo a la mitad y la verdad es que cuando lo terminé, me alegré de haberlo hecho porque el libro me gustó. El problema era que por estar muy ocupada, lo leía en los pocos momentos que tenía libre y claro, de una vez para otra se me había olvidado lo último que había leído y tenía que retroceder un par de páginas.
Hay gente que le gusta leer antes de dormir y en la mesilla tienen lo que normalmente se llama "libro de cabecera", bueno, pues mi pareja tiene sobre la suya, nada menos que ¡23 libros! y todos ellos empezados.
Se supone que cada noche antes de dormirse, coge uno de ellos y lee un par de hojas. Sí, solo un par. Es que se acuesta tarde y madruga y eso hace que la lectura de esos libros vaya poco a poco. Además, no contento con tener 23 libros sobre su mesilla, hay noches que se mete El Pais (el periódico) y lo lee. Eso hace que los libros de su mesilla se eternicen allí, ahora ya forman parte de la decoración del dormitorio y empiezo a pensar que ya nunca podrán estar en otro sitio.
Yo me pregunto si realmente recuerda de qué va cada libro cuando lo coge. ¿Tendrá dudas a la hora de elegir libro cada noche? Yo lo tengo mucho más fácil, simplemente me acuesto y caigo.
Solo me faltaba tener cada noche ese tipo de preocupaciones.
De todas formas, sigo teniendo la esperanza de que tarde o temprano podré hacer realidad mi momento preferido, es decir, sentarme en un sillón cómodo, escuchando música tipo chill out y con una hermosa y entretenida historia escondida entre dos tapas duras.
Sé que ese momento llegará, quizá cuando mi espíritu esté mas relajado y mi mente solo esté pendiente de las páginas del libro y así poder disfrutar del placer de la lectura.

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