9/09/2010

Tengo un año más.


Como ya he dicho en alguna otra ocasión, mis cumpleaños suelen parecerse a una boda gitana, por la duración, digo.
Este año mi cumple ha caído en domingo, pero lo empecé a celebrar ya el viernes anterior con algunos amigos. Cenamos en la terraza de un pub irlandés frente a las Murallas Romanas. La temperatura de la noche invitaba a ello.
Después de cenar, caminamos hasta la rivera de Macanaz para tomar algo en una de las terrazas que hay a lo largo de las dos orillas del río. Tomar algo mirando al Ebro rodeado de amigos una noche de verano, es uno de esos pequeños placeres de la vida. No tengo fotos de esa noche y lo lamento. La manía femenina de cambiarnos de bolso con frecuencia, hizo que mi cámara estuviera en cualquier otro bolso menos en el que tendría que estar. No hay constancia fotográfica, pero de palabra os aseguro que me lo pasé genial y además ya empecé a recibir los primeros regalos.
Josita me regaló una pulsera de piedras semipreciosas cuyos colores, ¡oh, casualidad! iban muy bién con el vestido que yo llevaba.
También Rupert me hizo entrga de unos preciosos pendientes. Son unos rombos de color nácar enmarcados por una raya negra. Son trivales y hippies.
Hoy domingo es el día oficial de mi cumpleaños y nos hemos ido a Huesca a comer. Buena comida e inmejorable compañía. Nada más levantarme y mientras hacía mis ejercicios gimnásticos, Pablo me ha entregado su regalo que ha sido una caja con unos dulces especiales, que él sabe que me gustan y que ha comprado en la pastelería Fantoba.
Antes de llegar al restaurante he recibido dos regalos de Daniel. Me ha traído un anillo de madera con unas flores dibujadas muy hippy y una libreta cuyas tapas son una tableta de chocolate tán bién hecha, que lo primero que he dicho cuando la he visto ha sido: ¡¡¡Qué bién...chocolate!!! Ya sabeis que ESO es mi droga. Solo me he dado cuenta de la realidad cuando he visto que entre las dos "tabletas de chocolate", había unas hojas blancas, como para anotar cosas y he dicho:"Qué bién, una libreta. Qué divertida, je,je"
Con el tiempo justo (como siempre, claro) hemos llegado al restaurante, he elegido el primer plato, he elegido el segundo y ¡por fín! he llegado al esperado postre.
Lo estaba esperando, no porque sea especialmente laminera, es que la libreta imitación perfecta de una tableta de chocolate regalo de Daniel, había puesto en marcha mis papilas gustativas y estaba deseando meter en mi boca cualquier postre de chocolate. Y lo ví, no era el que yo deseaba pero era de chocolate, lo pedí y calmó mi mono.
Lo siguiente que hicimos al salir de allí fué- y siguiendo la costumbre- ir a tomarnos un café al casino de Huesca. Nos gusta como edificio y además a esas horas está muy tranquilo. Esta vez la música de fondo estaba un poco alta de volumen, pero personalmente no me importó porque esa música era Salsa y como alumna de clases de Latinos, la estoy echando en falta. Me faltó muy, pero que muy poco para que me levantara y me pusiera a bailar..."Tanquila Esther, que el jueves empezamos"
Salimos del casino con el café dentro del cuerpo y yo con el café y la salsa y nos dirigimos al CEDAN a ver una exposición de fotografía científica.
Después, cogimos el coche y a las 6, ya estábamos en casa. Y yo con un año más...

Fotos, aquí.

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