11/02/2008

Lo he vuelto a hacer.

Mi madre me ha encargado que le compre novelas del oeste y lo he hecho. Me da un poco de corte porque, no es la clase de literatura que me gusta comprar.
De vez en cuando, mi madre me llama y me dice: "Nena, cómprame novelas, que ya solo me quedan dos". Le llevo diez, y ya tiene para unos días y es que mi madre parece que se las inyecte en vena.
Hay personas a las que les gusta desayunar leyendo el periódico para saber cómo van las cotizaciones de bolsa, la subida del Euribor o leer la última metedura de pata del político de turno, sín embargo, mi madre es feliz desayunando con Marcial Lafuente Estefanía. Es que mi madre es muy selectiva, ella no lee a cualquier autor de novelas, no. Ella lleva ¡50 años! siendo fiel a Marcial ( es que después de tantos años en casa, es como de la familia) Cuando yo nací, él ya estaba allí.
Pasó el tiempo y hubo un momento en la vida de mi hermana y en la mía en el que caímos en esa lectura. ¡Qué le vamos a hacer! Tenía que ser así, mi hermana y yo íbamos con ella a comprarlas y más tarde le acompañábamos a cambiarlas por otras. En esos años, en las papelerías, las novelas y los tebeos se cambiaban, eran más baratos y la economía familiar no estaba para muchos jolgorios (bueno si, como ahora).
Por suerte, con el tiempo logré desengancharme de esa adicción, pero mí hermana no, lo único que ha conseguido ella, ha sido cambiar las novelas del oeste por las de amor, que también deben tener lo suyo. Al menos a ella, al final del día, comerse una pieza de fruta tumbada en el sofá leyendo una de esas novelas, le relaja. ¡Olé por ella!
El caso es que ahora, las novelas del oeste, se han vuelto a cruzar en mi camino. Tengo que hacer de "camello" y conseguírselas a mi madre. A veces me llama y se queja de su mala calidad, quiero decir, que se queja porque dice que las historias que cuentan se parecen mucho unas a otras.
¿Pero es que no se ha dado cuenta de que después de más de 50 años, ese tema no da más de sí?
Cuando entro a comprárselas, lo hago sín mucho alboroto. La papelería está situada debajo de mi casa y siempre coincido con alguien que me conoce así es que trato de pasar desapercibida. Entro, me dirijo al lugar dónde suelen estar, las cojo y las pago junto con el periódico, pero no siempre resulta tán fácil y es que Marta (nombre ficticio) cuando han pasado unos días y no le cojo ninguna, me dice en voz alta: "Oye Esther (nombre original) que tienes novelas ¿eh?" Así, sín preocuparse de si hay gente o no. Miro a Marta y manteniendo mi dignidad respondo: ¡Ah, menos mal! Mi madre lleva varios días pidiéndomelas.

Para mi amigo, que muchas noches cuando vuelve del trabajo de madrugada, lee mi blog antes de irse a dormir.
Buenas noches, Paco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es por envidia, pero que pasa con la gente que tambien te lee y no precisamente de noche, sino en el trabajo, yo quiero un saludo con eso me basta. Besos.
P.D.Paco no es nada contra ti.

Anónimo dijo...

Soy Cris por culpa de mi retoño que me tiene absorbida no había leido tu blog desde julio, pero ya me he puesto al día. La verdad es que es chulo leerte porque con el poco tiempo que tengo en esta epoca de mi vida para estar con los amigos y hablar sobre nuestra cosas es una gozada leerte y poder conocerte mejor, ya sabes que en el ratito del viernes no nos da tiempo para nada. Nos vemos...