Aquí estoy de nuevo, con mi pantalla en blanco y dispuesta a plasmar en ella, cómo me lo pasé anoche. Era miércoles, pero parecía sábado y es que al día siguiente era fiesta. Era 23 de abril, Día de Aragón y decidí empezar a celebrarlo unas horas antes. ¿Cómo?. Me fuí a un concierto, al de Jacare Jack. Es el cuarto concierto de este grupo al que acudo desde que conocí a Antonio (Toño) cantante del grupo, que a su vez es compañero de teatro.
El grupo es bueno, tanto musical como vocalmente y sus canciones, la mayoría de las cuales están escritas por ellos, tienen ritmo y te invitan a bailar. Sus conciertos se me hacer cortos y más aún si asisto a ellos con amigos, como yo hice anoche. Faltaron dos personas, pero Josita y Rupert estuvieron allí conmigo en primera fila, "soportando" el calor de los focos y del público que llenaba la sala. Y por supuesto, la presencia de mi hijo Daniel terminó de alegrarme la noche.
El concierto duró algo más de una hora. En esta ocasión, no estuve de pié bailando, pero no hubo ni una sola canción que no me hiciera moverme en mi asiento. Incluso sentada, mi cuerpo, mi cabeza y mis brazos estuvieron en movimiento, acompañando las canciones con las palmas y aplaudiendo al final de cada una de ellas.
Y al final del concierto, recibí un inesperado regalo; la púa con la que Antonio había estado tocando la guitarra durante todo el concierto.
Josita, a mi lado, volvió a estar "divina" y un poco asombrada por el precio que pagó por un gin-tonic.
Aunque terminó el concierto, la noche continuaba y después de despedirme de Antonio y ya en la calle, también me despedí de Josita. Para ella y aunque se lo había pasado muy bién, la noche había terminado. Para mí no. Daniel, Rupert y yo, después de telefonear a Luis, nos reunimos con él, que estaba muy bién acompañado por un montón de amig@s y entre ese grupo estaba
Tere y la nombro a ella especialmente, porque las dos nos alegramos mucho de vernos. Nos fuimos todos a "El Sótano de Cass", que junto con el "Bacharah" es el punto de encuentro para encontrar a Luis y sus amigos.
Al poco rato, Daniel se fué a casa y unos cuantos bailes después , fuí yo la que abandoné el lugar.
Era la una y media de la madrugada y todavía no había cenado. Luis, rodeado de muchos de sus amig@s se quedó un poco más.
¡Uf! Crónica terminada. Me voy a dormir.
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