10/11/2009

Pilar 2009.

10 de octubre y comienzan las Fiestas del Pilar.
Desde que las fiestas son democráticas, he acudido al pregón. Cuando tenía niños pequeños lo veíamos desde la Calle Alfonso y allí aguantábamos tres horas (es que por estar en primera fila, les hacía estar allí a las 6 de la tarde). Por supuesto, desde hace unos años mis hijos ya no van, ni conmigo ni sin mí, pero yo no he dejado de ir. La diferencia es que ahora no voy a ver el desfile. No, porque no quiero tener que aguantar el peñazo de las peñas que "desfilan" antes del desfile oficial.
Se dice que los peñistas son el alma de las fiestas, no lo sé, nunca he sido ni sería miembro de ninguno de esos grupos. Pero no veo lógico que el día del pregón, todos lleguen a Plaza del Pilar con más vino que una cuba, por dentro y por fuera, llevando garrafas de 5 litros llenas de ¿calimocho? ¿vino de tetrabrick? ¡yo que sé!.
Todos sabemos que cada Peña tiene su propio uniforme cuyos colores le identifica, pués bién, cuando el día del pregón llegan a la Plaza del Pilar, tooodos son del mismo color morado conseguido por el vino que se han echado por encima.
Una vez que he descartado quedarme viendo el desfile, ahora lo que hago es irme directamente a la Plaza del Pilar y me coloco debajo del balcón del Ayto. para poder escuchar y ver al pregonero.
Hoy, de nuevo he estado allí y este año ha sido para mí, especialmente emocionante. Este año el pregonero ha sido nada más y nada menos que JOSÉ ANTONIO LABORDETA.
Durante el pregón ha hablado de los más de 2000 años de antigüedad de nuestra ciudad. De los íberos, los romanos, los cristianos, los franceses que quisieron entrar, de nuestros tomaticos, alberges, borrajas, etc, etc...es decir de toda nuestra historia.
Al finalizar, ha cantado la canción "Somos". Preciosa canción que dice cómo somos los aragoneses: "suaves como la arcilla, duros como el roquedal" y el público emocionado le hemos acompañado en el canto. Pero cuando llega el momento especial es cuando, empieza a entonar el que yo creo que debería ser el himno de Aragón, es decir, el Canto a la Libertad. Como en los viejos tiempos, con el puño en alto, el público desde abajo fuimos uno solo.
Lo dicho, los pelos como escarpias.
Para terminar la noche y después de los fuegos artificiales, el grupo Los Secretos han celebrado sus 30, ¿30? ¡joer! años de carrera. La mayoría de las personas que estábamos allí, y no todos eran de mi generación, nos sabíamos las canciones. Y las cantábamos, porque allí, entre tanta gente, nadie se daba cuenta de si lo hacíamos bién o mal.
La fiesta aún seguía cuando me he vuelto a casa, de hecho creo que toda la noche habrá gente celebrándo las fiestas y cuando amanezca...las vaquillas, pero yo seguiré durmiendo. Mañana vendrán unos primos de Madrid y...pero eso s otra historia.

Ver fotos aquí. Iré poniendo más, a lo largo de la semana.

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