1/09/2010

Crónicas Navideñas.

Con la bajada al trastero, otro año más, de todos los colgantes,figuras de renos, muñecos de nieve de diferentes tamaños, estrellas, bolas y demás artilugios propios de estas fechas, doy por terminadas las Fiestas de Navidad. Allí en el trastero, dormirán el sueño de los justos los próximos 350 días.
Así año tras año y sigo sin entenderlo. ¿Por qué cada 350 días pasamos tres semanas cocinando, comiendo y gastando de más?. Y si el año tiene 365 días ¿por qué tenemos que esperar a esas fechas para reunirnos con la familia?. ¿Acaso no lo haríamos de no existir la navidad?
He escuchado en el Telediario que cuando se acercan estas fechas es cuando más se acude al siquiatra y no me extraña. Todavía estoy esperando conocer a alguien que me diga:¡Qué happy soy en Navidad!
Lo que si escucho decir es que estas fechas son para los niños, que ellos se lo pasan genial.¡Cómo no! Están de vacaciones,son el centro de atención en todas las familias y reciben "demasiados" regalos, tanto para Navidad como para Reyes. Pero,¿ para eso hay que montar todo lo que se monta? Por favor, que les compren los regalos a lo largo del año.
Entiendo que la gente pueda decir que nadie me obliga a participar de todo esto pero, es que en esta sociedad está todo montado de tal manera, que es muy dfícil salirse de esa espiral.
La espiral consiste en que llega diciembre y al igual que en primavera aparecen las flores, en las tiendas de alimentación aparecen los turrones, los escaparates se decoran con motivos navideños, las calles se llenan de lucecitas y en los balcones o ventanas de algunos edificios, aparecen los Papás Noel escalando por sus paredes y eso que por suerte, este año han disminuído en número y tamaño (algo bueno que tiene la crisis).
Una pregunta: ¿Cuántas veces hemos deseado, o nos han deseado Feliz Año?
Que sí, que está bién, que no me estoy quejando, que es muy bonito recibir buenos deseos, pero es que ese deseo va perdiendo su sentido cuando ya lo has dicho o te lo han dicho 99 veces.
La parte buena de la llegada de diciembre es que es el mes de nuestro estreno teatral. ¡Esa si es una buena manera de cambiar de año!

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