12/29/2008

La hora del vermut.


El vermut de los domingos, junto con la siesta diaria, son dos de las costumbres españolas que más se practican. Tantos tratados, tantos artículos, tantos libros se han escrito sobre el vermut que yo no podría aportar nada nuevo, sin embargo, aportaré el vermut del que disfruté el domingo.
La verdad es que yo no suelo practicar ninguna de las dos costumbres y el motivo es que los domingos desayuno tarde y no suelo tener hambre hasta la hora de comer pero reconozco que compartir el vermut con los amigos es muy agradable.
Algunos acuden a la cita precedidos por una laaaarga noche de juerga y sin siquiera haber dormido, lo cual no es impedimento para seguir compartiendo momentos con ellos.
Aunque la pandi se suele reunir en un antiguo bar, hoy nos hemos reunido en casa Paco. No, no es el nombre del típico bar de barrio. Es la casa de Paco G. Barcos y está en un barrio.
He descubierto un hogar acogedor, diferente, abierto y lleno de amigos. Si las casas dicen algo de sus dueños, esta me ha transmitido buenas vibraciones.
La gente ha llevado cosas para comer y beber y lo que parecía que iba a ser el vermut del domingo, se ha convertido en una comida con amigos. Algo que no estaba preparado pero que me ha gustado experimentar.

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