9/03/2009

El tour del helado.





Habíamos quedado a las seis, pero viendo el cielo nublado y que hacía un calor sofocante, se decidió retrasar la salida una hora. Me llamó Loli para decírmelo y pensé: "¡Qué bién! Así aprovecho y me pongo una mascarilla de barro marroquí (sofisticada que es una) en cara y cuello" Que una cosa es la cita semanal en nuestra sede, que es el bar chino, y otra salir al centro. En estas ocasiones pongo en práctica los consejos de mi madre y me cambio de muda.
A las siete en punto y como flores o capullos de mayo, fuimos apareciendo una tras otra.
Saludos, sonrisas...y al autobús.
La verdad es que no sé si llamarlo cobardía, fuerza de voluntad o simplemente, que no queríamos tirar a la basura todo el esfuerzo que tenemos que hacer para no engordar, pero lo que iba a ser una excursión al centro para cenar un bocata de calamares y de postre un helado italiano (que no es lo mismo que un italiano helado) se quedó simplemente en un tour del helado.
Faltaron dos de las miembras (aunque suene mal, yo insisto) del club. Una acompañó a su marido al dentista y la otra celebraba el cumpleaños de su hijo. ¿Cómo pudieron "dejarnos" por esos motivos?
Al final fuimos cuatro. Siempre fuimos las mejores. Cojimos el autobús y llegamos al centro, a los Italianos, que para quién no lo sepa, es una heladería. Llegamos con la idea de sentarnos en una mesita de las que ponen en el Pº de la Independencia. ¡Nos las prometíamos tán felices...! ¡Qué ilusas!
Pensábamos disfrutar analizándo a la gente que pasa por ahí, pero analizándola en plan sociológico ¿eh?, no en plan de alcahueteo. Se aprende mucho del comportamiento humano. Lo que pasó fué que muuuchas otras personas pensaron lo mismo que nosotras y llenaron no solo las mesas, sino que no había ni un solo banco vacío en un km. a la redonda. Solo encontramos un pequeño espacio en uno de ellos para tres de nosotras que aprovechamos para sentarnos y hacernos unas fotos.
No nos quedó más remedio que seguir caminando y decidimos hacer turismo de vuelta a casa. Como si fuéramos de Murcia, Cuenca o Barcelona, quisimos "jugar" a ser turistas en nuestra propia ciudad haciéndonos fotos en los lugares donde ellos se las hacen.
No fué fácil porque M.Jesús que conoce a mucha gente, no hacía nada más que pararse a saludar y le dijimos que así ni se es turista ni nada...
Fotos en la Plaza del Pilar, fotos en la bola del mundo (uf), fotos divertidas delante de la fuente...
Debimos poner caras de turistas porque incluso una joven autóctona, haciéndo gala de la amabilidad zaragozana famosa en el mundo entero, se ofreció a hacernos una foto para que saliéramos todas juntas.
Como se hace camino al andar, cruzamos el Puente de Santiago y aún nos dió tiempo para hacernos otra foto típica con el Pilar de fondo.
Ya en la margen izquierda cogimos el autobús. Al llegar a nuestra calle, mi amiga la luna a la que había fotografiado antes, resaltaba en un cielo que a estas alturas del año, tristemente ya está negro a las nueve de la noche.
Nos despedimos hasta el próximo martes, día de las chicas del club y esta vez en nuestra sede, en el chino. Quizá el próximo verano hagamos más excursiones al centro.

Fotos, aquí.

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